Autor: Alan David Cabrera
En 1961 cuando Europa se escandalizó con la existencia de Viridiana, una de las cintas más importantes y controversiales de Luis Buñuel que tuvo como protagonista a Silvia Pinal, quien 13 años después de haber debutado en el séptimo arte soñó que el director español le daría algo distinto a lo que había ido construyendo en su importante carrera cinematográfica.
En los años sesentas, el movimiento surrealista continuaba existiendo, sus principales exponentes seguían vivos como André Breton, quien escribió el primer manifiesto surrealista en 1924, en cual mencionaba el automatismo como forma creativa, situación que el cineasta Luis Buñuel desarrolló muy bien en “El perro andaluz” de 1929, su primer trabajo que mostraba al surrealismo en toda su esencia en la disciplina de la cinematografía.
No obstante, los siguientes proyectos de Buñuel no contaron con el espíritu de su primera obra, ya que la industria del cine le limitaban creativamente o le imponian guiones de películas comerciales que tenía que ejecutar para ganarse la vida.
Fue hasta inicios de los 60’s cuando los deseos de Silvia Pinal de ser dirigida por Buñuel se hicieron realidad cuando su esposo, Gustavo Alatriste, le ofreció cumplir un sueño, el cual los llevó a España a entrevistarse con el cineasta para motivar la realización de un filme que tuviera en el elenco a Pinal, quien no buscaba el protagónico, si no que Luis Buñuel pudiera desarrollar una cinta con su participación sin límite alguno.
Buñuel le preguntó a Silvia Pinal si ya tenía un productor para el proyecto. Ella le respondió afirmativamente y explicó que el productor era su esposo, Gustavo Alatriste, un empresario mueblero. Buñuel le cuestionó por qué un mueblero querría financiar una película suya, a lo que Pinal respondió: «Porque me ama».

Alatriste, visionario, respaldaba la libertad creativa de Buñuel, a diferencia de otros productores que solían cuestionar o modificar sus ideas.
Con tal respaldo, Luis Buñuel creó Viridiana, la historia de una monja que tiene un gran parecido a la esposa de Jaime, tío de Viridiana, a quien visitará tras anunciarle a las monjas del convento que está enfermo. Lo que desata un giro radical en la vida de Viridiana.
Esta idea surgió a partir del encuentro del cineasta con el cuadro “La santa Viridiana” que hoy se encuentra en el MUNAL.
Para Buñuel fue significativo regresar a grabar a su tierra, y hacerlo con el gobierno de Franco al mando provocó que los ojos estuvieran sobre él y principalmente sobre la cinta que fue tachada de blasfema y anticristiana tras su estreno en Cannes, donde ganó la palma de oro.
Viridiana es la única película de habla hispana en tener la Palma de Oro en el festival de Cannes, que posterior a su exhibición, fue prohibida por el Vaticano y tuvo censura en España e Italia por lo que se pudo estrenar 16 años después en su país de origen.
Tras la censura, Silvia Pinal salvó de Europa una copia en un rollo que pasó de contrabando en en su bolsa de mano sin la lata, por lo que gracias a ese acto la cinta sobrevivió en México y pudo estrenarse dos años después en 1963 en la tierra de su protagonista.
”Soy mexicana, vivo en México, y aunque el triunfo de Viridiana en las grandes capitales sea muy satisfactorio, para mi lo que más importante, lo que más satisface mi espíritu, es el triunfo de la película en mi propio país”
expresó Pinal para el diario novedades en 1963 tras la primera exhibición de Viridiana ante el público Méxicano.
“La película más criticada, veala en su versión original tal como se exhibe en París y Roma” “Se garantiza que esta película se exhibirá en su versión original, tal como se está pasando en las principales capitales del mundo” “Garantizamos que la película se exhibe en su versión original sin un solo corte” expresaban los diarios El Reforma, Excélsior y los extintos El día y Novedades, para promocionar Viridiana a inicios de octubre de 1963, también informando el fallecimiento de la pintora surrealista Remedios Varo quien acaeció el 8 de octubre y la cinta se estrenaba el 13 del mismo mes.
En aquel tiempo, el periodista Francisco H. Zarate expresó mejor que nadie el espíritu de Buñuel con Viridiana “Quiso demostrar que la caridad era inutil, que la entrega a Dios era inutil, porque el empeño humano se ve frustrado ante la ingratitud humana que a veces toma las formas más grotescas y monstruosas, y que el alma, en vez de buscar satisfacción espiritual, es mejor que acuda -dice Buñuel en su película- para su gozo y tranquilidad, a lo sensual inmediato, que encuentra al alcance de la mano y en donde pueda saciarse o … pudrirse”.
Es importante mencionar las aportaciones de Gustavo Alatriste quien a inicios de su carrera, tras las presenciar las similares reacciones de Viridiana en México, con las del público de París y Nueva York, Creía que el público mexicano tenía y exigia el derecho de ver otra clase de cine, pues apostaba por crear un espacio de 300 butacas para exponer obras clásicas de la cinematografía ya que las metrópolis de otros países contaban con espacios de exhibición para ese cine “No comercial”, que también dejaba dinero.
Al día de hoy, la Ciudad de México cuenta con 3 Cinetecas y espacios de arte como el Cine Tonalá, La casa del Cine entre otros, al igual que en el interior de la república, donde también hay Festivales como el FICXILITLA, y son estos espacios los que demuestran que la gente gusta de este cine y que la distribución comercial es injusta con el basto cine nacional que se produce.
Sin duda cintas como Viridiana abrieron brecha para sensibilizar al público a otras propuestas, “El pueblo mexicano si tiene sensibilidad, lo confirma una vez más al ver Viridiana” anunciaban los diarios en su tercer semana de exhibición en el extinto cine Chapultepec de la Ciudad de México.
Esto fue y es Viridiana: la herencia de una joven en el final de su veintena, decidió trazar nuevos horizontes. Más que una protagonista o musa, Pinal fue la visionaria y mecenas que, guiada por su deseo de trascender en la historia del cine, convirtió un regalo de su esposo, Gustavo Alatriste, en la oportunidad de por fin trabajar con Luis Buñuel. Así nació una obra que no solo llevó al director, a sus 61 años, a la cumbre de su carrera, sino que también regaló a Iberoamérica una de las joyas más emblemáticas del cine en español. Una obra que seguirá siendo referencia del arte cinematográfico con el rostro de Silvia Pinal al frente, pues ella es Viridiana, y Viridiana es la gran Silvia Pinal.
Hoy se proyecta a las 18:30 en el Centro Cultural Universitario