Poder Ciudadano
Juan Carlos Flores Aquino
Vaya que se nota el cambio, donde después de décadas en que las mujeres eran minoría o pasaban a segundo término en la clase política, a partir de este 2024 se dará el vuelco por completo, donde tendremos a la primera Presidenta del país.
Este cambio inició en el 2018, con la llegada de la primera Jefa de Gobierno electa en la Ciudad de México, y que convirtió su gabinete en paritario para que las mujeres fueran mitad más una en su gobierno, y así ocuparan los puestos de decisión en la capital del país.
De ahí surgió también la primera mujer Fiscal en la Ciudad, Ernestina Godoy, del equipo político de Clara Brugada. Tan cercana que su suplente y quien ocupó su cargo en el Congreso (Ernestina era Diputada local de Morena) era Martha Ávila, quien actualmente preside el Congreso de la Ciudad de México y es –o fue- la carta de Brugada para sucederla en Iztapalapa.
Escribo este antecedente, porque por quién se da este cambio real, es por la ex Jefa de Gobierno. Si fueron eficaces o eficientes en sus diferentes responsabilidades es otra cosa, y por cierto, no es misoginia cuestionarlo. El hecho es que Claudia Sheinbaum logró que, por primera vez, las mujeres fueran mayoría en un gobierno de la capital.
Ahora bien, después de las numerosas lecturas sobre si Claudia es poseedora o no del ya famoso bastón de mando, y de lo que erróneamente se leyó como un “bajón” de Sheinbaum, por el vacío del Estadio Azul y la sublevación del grito por Clara, en la atiborrada Arena México, seguido por la elección de Brugada, y no de Harfuch, como candidata para gobernar la Ciudad de México, para mí es todo lo contrario. Me explico.
Primero, son confusas las convocatorias que Morena ha lanzado para competir por sus puestos de elección popular, y obligan a que reiteradamente Mario Delgado y Citlalli Hernández, tengan que salir en público y privado a tratar de explicar lo que significan.
Más allá, es muy sabido también que lo que reiteran y repiten es que para los punteros habrá premios de consolación con candidaturas, aunque esto se contradiga con sus propias convocatorias.
Pero, ¿cuál es la razón para insistir en que todo saldrá por acuerdo en Morena? Muy sencillo. Quien decidirá quienes son los que como candidatas y candidatos la acompañaran en su campaña presidencial es la propia Sheinbaum.
Y, por supuesto, también ella decide quién es su propio equipo de campaña. O si no, ¿cuál es la razón para que Adán Augusto haya desaparecido?, o que sus personeros Andrea Chávez y Abraham Mendieta hagan hasta lo imposible por reivindicarse con la dueña del bastón de mando.
Pero la mayor señal está por venir. Si bien es cierto que Sheinbaum dio muestras de política y demócrata al haber dejado pasar la candidatura de Clara Brugada, que pone en riesgo su triunfo en la capital, no sucederá lo mismo con quienes se equivocaron de lectura.
¿O cómo se ve que quienes habían sido designados por Claudia como coordinadores de circunscripción, estén ahora de vulgares ambiciosos con Clara, buscando las Alcaldías de la GAM y de Iztapalapa, y promoviendo candidato en la Cuauhtémoc?
Ya veremos quienes recibirán de bastonazos en las siguientes semanas. Hay mando pues, y servirá de ejemplo para dudosos.
Juan Carlos Flores Aquino
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