- El especialista Carlos Morales-Schechinger subraya que el suelo no es un derecho privado ilimitado, sino un insumo social fundamental para garantizar vivienda, educación y salud.
- El Colegio de Urbanistas de México (ECUM), impulsa desde 2013 las Tertulias como un espacio de reflexión sobre los grandes retos urbanos
- La gentrificación no solo implica renovación urbana, sino también desplazamiento y desigualdad que deben enfrentarse con políticas públicas claras y equitativas.
Ciudad de México a 3 de septiembre de 2025.- El Colegio de Urbanistas de México (ECUM), encabezado por la Mtra. Nina Carolina Izábal Martínez, celebró una nueva edición de sus Tertulias, espacio de diálogo y reflexión sobre los grandes desafíos de las ciudades. En esta ocasión, el tema fue la gentrificación, con la participación del reconocido especialista Carlos Morales-Schechinger, quien abordó el fenómeno desde sus dimensiones económicas, sociales y jurídicas.
Gentrificación: ¿renovación o expulsión?
Morales-Schechinger advirtió que la gentrificación no puede analizarse solo como un proceso de “revitalización” urbana. Es, sobre todo, un mecanismo de desplazamiento y expulsión que afecta tanto a habitantes como a comercios locales.
“Una de las características de los países en desarrollo es la persistente e incluso creciente inaccesibilidad al suelo barato, bien ubicado, servido y seguro para amplios estratos de población que autoproducen su vivienda, es decir, los pobres”, señaló, subrayando que la planeación urbana debe ser también un instrumento de justicia social.
Asimismo, explicó que el valor del suelo urbano crece principalmente por obra pública y planeación, más que por la acción privada. “Las ciudades gestionan el territorio a través de planes y una colección de instrumentos que las leyes mexicanas tienen… como la tributación en función de los terrenos, el impuesto predial y la expropiación”, recordó, insistiendo en la necesidad de recuperar plusvalías para que el beneficio del desarrollo retorne a la sociedad.
El derecho al suelo como insumo de otros derechos
En uno de los momentos centrales de su ponencia, Morales-Schechinger recalcó que el suelo no debe entenderse como un derecho absoluto de propiedad privada, sino como un insumo social, político y cultural.
“La propiedad del suelo no es un derecho en sí misma; lo que es un derecho es su uso social y ambientalmente responsable”, afirmó.
Explicó que garantizar el acceso justo al suelo urbano es condición indispensable para hacer efectivos otros derechos: la vivienda, la salud y la educación. De ahí la importancia de que las políticas públicas establezcan límites claros al uso especulativo y prioricen la función social del suelo.
Perspectiva social y de género
El especialista también expuso cómo la gentrificación impacta de manera diferenciada a mujeres, especialmente a las que trabajan en el sector de cuidados. Muchas de ellas, dijo, viajan largas distancias desde periferias precarias hasta barrios acomodados, con jornadas extenuantes y salarios bajos.
Mujeres que cuidan a otras familias con salarios bajos y jornadas largas representan una de las desigualdades más marcadas de nuestras ciudades”, destacó, poniendo en evidencia la necesidad de que la planeación urbana incorpore de manera decidida la perspectiva de género
Instrumentos de política urbana
Entre las propuestas destacadas por Morales-Schechinger para enfrentar los efectos negativos de la gentrificación se encuentran:
- Zonificación incluyente.
- Distribución equitativa de costos y beneficios.
- Sanción al desperdicio especulativo.
- Gestión social de la valorización del suelo.
- Protección colectiva del derecho a la ciudad.
También compartió ejemplos internacionales de éxito, como el impuesto progresivo al suelo vacante en Brasil, los Community Land Trusts en Puerto Rico y Kenya, o los programas de vivienda incluyente en Europa y América Latina.
Un espacio de reflexión impulsado por ECUM
Al concluir el evento, la Mtra. Nina Carolina Izábal Martínez, presidenta de ECUM, resaltó que las Tertulias cumplen un papel fundamental: