El Hijo del Camionero
Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro
Coordinador del Grupo de Estudio y Análisis
Político Económico de Nezahualcóyotl
@MRODOLFO_CID
Un grave problema por el que México ha transitado en los últimos 45 años ha sido, si no el otorgar seguridad social a toda la población, por lo menos si otorgar los servicios básicos de salud, los que a partir de la década 1941-1950, se han configurado en las formas que hoy conocemos, por lo que se hace necesario establecer estándares de calidad altos, una nueva ética institucional libre de ideologías, fomento del acceso a dichos servicios en su totalidad y no solo a los médicos y sobre todo, más convergencia humana, desde luego, todo ello aparejado de los recursos materiales necesarios.
Para hablar de los servicios de salud públicos y de todos los servicios que implica la seguridad social, es necesario remitirse al proceso de industrialización que ha vivido México y que tiene sus inicios a partir de finales del Siglo XIX, el que eventualmente se reconfigura tras el final de la guerra civil (1911-1921), dicho proceso lleva a la creación de una primera clase obrera, la que es carente derechos básicos, a pesar de que se han establecidos en la constitución de 1917, por lo que a través de diversos movimientos sociales, principalmente las cristiadas, se van estableciendo paulatinamente: La semana laboral de 48 horas como máximo, la jornada laboral de 8 horas diarias, límites para las jornadas nocturnas y trabajo infantil, el pago de horas extras, la contratación colectiva, la capacitación a costa del patrón, no obstante es la seguridad social (riesgo de trabajo, maternidad, invalides y vida, retiro, y guarderías y prestaciones sociales) son el gran pendiente, ya que generan costos sociales muy importantes y de reemplazo de mano de obra y es por ello que el 19 de enero de 1943, se funda el Instituto Mexicano del Seguro Social, con el propósito de prestar servicios de salud en tres niveles al trabajador, garantizar su retiro, recibir esparcimiento y cultura, así como seguridad en la enfermedad, ello a través del financiamiento tripartito, por cada dos pesos puestos por el gobierno federal, el patrón ponía otro y el trabajador otro (con el tiempo la aportación patronal se simuló, ya que se carga totalmente el trabajador), con posterioridad se incluyó a la familia del trabajador, pero con el mismo financiamiento, lo que degrado la calidad de los servicios.
El IMSS es concebido por la mente más brillante del sector público de los dos primeros tercios del Siglo XX, el Maestro Manuel Gómez Morín, el que preocupado por la parte humana, estudia diferentes casos que se empiezan a desarrollar en la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial, visualizando uno (que no se menciona, ya que lamentablemente mucha gente, realizan razonamientos, a través de prejuicios y creencias personales de horizontes cortos), a partir del que se construye el modelo para México, el que es aceptado en lo fundamental por el gobierno, aunque lo distorsiona en la aplicación, y pesar de ello, significó un avance sustantivo en el desarrollo de las clases trabajadoras.
Con el tiempo, se experimenta la necesidad de hacer eficientes los servicios de seguridad social para los trabajadores del estado, en función de lo logrado por el IMSS en el sector privado, por lo que las cajas contributivas de los burócratas, los dispensarios y otros servicios, son absorbidos y ejecutados por el Instituto de Servicios y Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), fundado el 30 de diciembre de 1959.
Con los dos institutos IMSS e ISSSTE, se resuelve (aunque no eficientemente, a pesar de que se ha buscado el perfeccionamiento), las necesidades de Seguridad Social de la población que contaba y cuenta con un empleo formal, quedando descubierta una parte no muy amplia de la población, pero su situación no ocasionó problemas en el periodo 1952-1964, cuando la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto del país promedió 6% anual, con un proceso de industrialización uniforme.
Con la disminución de la tasa de crecimiento y las crisis económicas recurrentes en las que se fue hundiendo México, como lo fue la del tipo de cambio de 1970, la de la deuda en 1976, la del petróleo en 1982, la crisis de la bosa en 1987, la crisis de cuenta corriente en 1994 y la crisis hipotecaria de 2008, aunada a la política neoliberal del retiro del estado de sus obligaciones históricas, hicieron que la población sin empleo o con empleo sin seguridad social se fuera incrementando más allá de la ocupada formalmente (hoy día solo el 47% de la fuerza laboral cuenta con seguridad social), lo que obligó a crear sistemas estatales de salud, los que nunca han sido claros en su funcionamiento, tal es el caso en el Estado de México, que la persona puede disponer de hospitalización, de la atención institucional de un médico, pero los insumos son totalmente a su cargo, lo que no es útil cuando no se tienen ingresos; además que a nivel federal se constituyeron los institutos descentralizados especializados. En el caso del ISSSTE y dada su saturación, diversos estados solicitaron la descentralización, para crear sus institutos locales (ISSEMYM, por ejemplo), los que se han ahogado en malos manejos.
Es por ello, en 1979 como parte de la estructura de los programas sociales para mitigar y controlar la pobreza, en 1979 e incluir a los ciudadanos que carecían de seguridad social, se estableció el programa IMSS-COPLAMAR, lo que fundamentalmente supuso dar acceso a ciertos servicios del IMSS a no derechohabientes en situación específica, con cargo a la infraestructura y presupuesto del IMSS, lo que llevó a deprimirlo, también dentro del gasto federalizado, se otorgaron subvenciones a los estados para financiar sus propios servicios. A través del tiempo, IMSS-COPLAMAR se fue modificando y tomando diversos nombres, se le asignó presupuesto propio, se fue generando ampliación de la infraestructura existente para dar cabida al programa y se contrató personal particular para esta, se creó infraestructura nueva para ser operada por el programa, así hasta llegar al IMSS Bienestar, el que no fue suficiente, para amparar a aquellos desprotegidos.
En 2003, hay una iniciativa de fondo implementada por el gobierno federal, dirigido a los no derechohabientes, “el seguro popular”, el que fue un sistema de pólizas contributivas, que daban derecho al adquiriente a través de una cuota periódica y ajustada a sus necesidades (el resto era financiado por partida presupuestal federal), a acceder a servicios de primero y segundo nivel inicialmente, en los sistemas estatales de salud. ¿Cuál era la diferencia?, que además de las instalaciones y la atención de profesionales de la salud, se tenía derecho a la asignación de insumos médicos para su atención, incluido material y medicamentos para cirugía y daba acceso preferente en algunos casos a la atención de tercer nivel; el seguro se financiaba a través del Ramo 12, teniendo asignaciones de $33, 768, 000,000, en 2009, su mejor año y se constituyó un fondo de soporte por 93 mil 647 millones de pesos. Este programa tenía serios problemas en su manejo administrativo y de control financiero, lo que fue usado como pretexto del actual gobierno para cancelarlo y sustituirlo por el totalmente improvisado Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). El objetivo real fue cancelar el fondo de financiamiento, para disponer de el con otros fines, y a su vez el INSABI no resultó, siendo ocioso disertar sobre él, pues a pesar de estudiarlo con profundidad, sigo sin entender cómo funcionaba, a quien se dirigía o como se financiaba, solo se señalará que, en 2022, se le asignaron solo $26,100, 000,000.00 y el verdadero fondo, son las operaciones de índole comercial que se realizaron ocupando a dicho instituto como agencia.
Ante el fracaso, el gobierno federal disolvió el INSABI, transfiriendo sus operaciones el programa IMSS-Bienestar, el que a su vez fue transformado en un organismo descentralizado, ajeno al IMSS y tutelado por este, con patrimonio y personal propio; es decir, se creó un IMSS para no cotizantes.
De acuerdo al análisis del gobierno federal, el Programa IMSS-BIENESTAR ha demostrado ser eficiente y se ha consolidado a través de la implementación del Modelo de Atención Integral de Salud (MAIS), que brinda atención médica y medicamentos gratuitos, con presencia actual en 19 entidades federativas, con lo que presuntamente se ha beneficiado a 11.6 millones de personas a nivel nacional, por lo que concluyeron que el MAIS del Programa IMSS-BIENESTAR, el que fue administrado con éxito por el Instituto Mexicano del Seguro Social, permite transformar los sistemas de salud de los estados de la República y, al mismo tiempo, consolida el Sistema de Salud para el Bienestar a fin de garantizar que todas las personas sin seguridad social accedan a dicho modelo; el que junto con la política del Sistema Nacional de Salud implementada por el Gobierno Federal, requiere expandir su capacidad operativa, a fin de otorgar servicios de salud conforme a su modelo de atención, con base en los convenios de coordinación que se han suscrito con las entidades federativas, con lo que se pretende la construcción de un sistema público de salud único, en el territorio nacional.
Luego entonces el programa IMSS Bienestar es escindido del Instituto Mexicano del Seguro Social, con el objeto de crear un Organismo Público Descentralizado dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio con autonomía técnica, operativa y de gestión e integrada con profesionales, técnicos y auxiliares de la salud del más alto nivel, así como con infraestructura y equipamiento suficiente, para lograr sus objetivos institucionales, por otra parte la creación de dicho organismo supone un régimen laboral, a fin de lograr de una mejor manera la finalidad para la que fue creado; en este caso, se estableció lo que dispone el artículo 123, apartado B), de la Constitución, en lo relativo a las relaciones laborales entre la institución y los trabajadores.
El Organismo Público Descentralizado denominado IMSS Bienestar, se le han asignado las unidades que ya operaba, le serán transferidos los sistemas de salud de los estados que así lo deseen los que, en la actualidad, serán 20, además de nueva infraestructura, sin que se determine la situación de los Institutos de tercer nivel; inicialmente puede concluirse que el “gobierno se agarró de lo que sirve, para solventar sus incorrectas determinaciones”; sobra decir que para muchos gobernadores, devolver los servicios de salud a la federación, les significa “reflotar” las finanzas de los estados.
El objeto de esta nueva institución es brindar a las personas sin afiliación atención integral gratuita médica y hospitalaria con medicamentos y demás insumos asociados, bajo criterios de universalidad e igualdad, en condiciones que les permitan el acceso progresivo, efectivo, oportuno, de calidad y sin discriminación alguna, a través del Modelo de Atención Integral a la Salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Para cumplir con su objeto, el IMSS-BIENESTAR contará con los recursos presupuestarios, materiales, humanos, financieros y de infraestructura que le transfieran directamente los gobiernos de las entidades federativas con cargo a recursos propios o de libre disposición, o bien, con los recursos del fondo de aportaciones a que se refiere el artículo 25, fracción II, de la Ley de Coordinación Fiscal, en los términos que fijen los convenios de coordinación que al efecto se celebren; así como, en su caso, aquellos recursos federales presupuestados que se determinen en las disposiciones aplicables, para lo que se constituirá un fideicomiso público. (No que no)
El IMSS-BIENESTAR rige su organización, funcionamiento y operación conforme a la Ley General de Salud, a la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, a su Estatuto Orgánico, a sus respectivos reglamentos y demás normativa aplicable.
Para garantizar la calidad del Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar, se sujetará a las disposiciones de las normas oficiales mexicanas aplicables, así como a los protocolos, guías y lineamientos de atención que emitan la Secretaría de Salud y, en su caso, del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Las atribuciones de IMS-Bienestar son las siguientes:
- Operar el Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar o bien, el Modelo de Atención Integral a la Salud implementado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, de acuerdo con lo que autorice la Junta de Gobierno.
- Realizar acciones de prevención de enfermedades y promoción a la salud, así como de vigilancia epidemiológica, en los términos que establezca la Ley General de Salud.
III. Realizar acciones de salud pública y otorgar asistencia médica, servicios de salud ambulatorios y hospitalarios, medicamentos y otros insumos asociados a la población objetivo a través de sus unidades de salud y hospitales.
- Integrar e implementar estrategias de participación comunitaria y búsqueda proactiva poblacional para la mejora de la salud de la población objetivo, a través de los mecanismos de organización comunitaria.
- Participar en las acciones en materia de servicios de salud para la población objetivo, que implemente la Administración Pública Federal.
- Integrar una plantilla de profesionales, técnicos y auxiliares de la salud, quienes cuenten con una formación del más alto nivel.
VII. Coordinarse con las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, estatal y municipal, para el cumplimiento de sus objetivos.
VIII. Establecer relaciones de intercambio y divulgación de conocimiento científico con organismos similares, nacionales e internacionales, públicos o privados.
- Fomentar el trabajo en redes nacionales e internacionales, para la ejecución de proyectos de aplicación del conocimiento o formación del recurso humano.
- Administrar su patrimonio.
- Administrar los recursos que le sean asignados o transferidos para la prestación de los servicios de salud a las personas que pertenezcan a la población objetivo que se encuentren en el país;
XII. Invertir los recursos de acuerdo con las disposiciones que emitan la Junta de Gobierno y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
XIII. Establecer los mecanismos para la asignación, ejercicio, comprobación y rendición de cuentas de los recursos que le sean transferidos o aportados, en términos de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, y normativa aplicable.
XIV. Suscribir convenios y acuerdos con una institución de cualquier orden de gobierno y organismos no gubernamentales para el cumplimiento de prioridades de atención en favor de la salud de la población objetivo.
- Suscribir convenios y acuerdos con una institución de cualquier orden de gobierno para el intercambio de servicios de derechohabientes de otras instituciones de salud.
XVI. Realizar las demás actividades inherentes a su naturaleza y conducentes al cumplimiento de sus funciones.
El patrimonio del IMSS Bienestar se constituye con:
- Los recursos que, en su caso, se le asignen en el Presupuesto de Egresos de la Federación del ejercicio fiscal de que se trate, debiendo observar la normatividad en la materia respecto a los mismos.
- Los bienes muebles e inmuebles que le sean transmitidos en términos de las disposiciones aplicables;
III. Los recursos propios o ingresos de libre disposición que le sean transferidos por las entidades federativas para la prestación gratuita de los servicios de salud a la población sin seguridad social, en los términos de la normativa jurídica y los instrumentos que se suscriban para tal fin.
- Los derechos de propiedad y posesión de bienes muebles e inmuebles, que por cualquier título legal adquiera, así como aquellos que los diversos órdenes de gobierno le transfieran, en términos de las disposiciones aplicables.
- Las donaciones, herencias, legados, adjudicaciones, subsidios y transferencias que se hagan a su favor.
- Los ingresos, derechos, intereses, rendimientos o recursos que reciba, adquiera o se le transfieran, asignen, donen o adjudiquen por cualquier título legal.
VII. Los demás bienes, derechos y recursos que se adquieran por cualquier otro título legal.
La junta de gobierno de IMSS Bienestar se integrará de la siguiente manera:
Será presidida por el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, quien la presidirá y tendrá voto de calidad, lo que resulta un absurdo organizacional, al ser la nueva institución totalmente independiente del IMSS; y formaran parte un representante de cada una de las siguientes dependencias:
- La Secretaría de Salud.
- La Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
III. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
- La Secretaría de Bienestar.
- Cuatro órganos normativos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
- Un representante del Sindicato mayoritario al que estén afiliados los trabajadores.
Serán invitados permanentes y asistirán a las sesiones, con derecho a voz, pero sin voto, la comisaría pública designada por la Secretaría de la Función Pública y el director general del IMSS-BIENESTAR, lo que es otro absurdo, cuando es este, quien debería presidir; si viene s cierto que se busca que IMSS Bienestar, funcione exactamente igual que el IMSS, ello no justifica que la junta de gobierno se constituya de manera que no exista independencia real del nuevo organismo.
Ya fue determinado el modelo de gestión y operación, el que será motivo de un nuevo estudio y ante esta nueva realidad cualquiera que acceda al gobierno en este año, tendrá que garantizar que los recursos invertido, en IMSS Bienestar, realmente se hagan efectivos, que la institución funcione realmente, por lo que en su momento, deberá evaluar su funcionamiento, detectar sus fallas para corregirlas y potenciar las virtudes, con el objeto de una vez por todas, los mexicanos podamos contar sin menoscabo de los derechos de unos u otros, de un sistema de salud que alcance a todos, porque además otra cosa, implica dilapidar los recursos presupuestales que tanta falta hacen.