El Hijo del Camionero
“El salario y pensiones dignas como único instrumento para combatir la desigualdad”
Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro
Coordinador del Grupo de Estudio y Análisis
Político Económico de Nezahualcóyotl
@MRODOLFO_CID
Se ha hablado mucho a lo largo del tiempo y principalmente en esta campaña electoral por parte de dos candidatas a la presidencia de la república, sobre no solo mantener, sino ampliar la gama de programas asistenciales, importando muy poco la previsión de crecimiento descontrolado del déficit publico para los años 2025 y 2026, que ponen en riesgo la calificación crediticia, sino también la viabilidad económica del país al mediano plazo. Para el ejercicio fiscal del año 2025, el presupuesto para los denominados programas sociales, más los compromisos para el pago de pensiones legitimas, absorberán el 20% del gasto, sin que existan fuentes de financiamiento recurrentes para ellos, ya que, en ningún caso, se plantea el diseño de un nuevo sistema fiscal, por lo que se dispondrá de la misma masa de ingresos, e incluso menos, ya que se plantea exentar de contribuir a ciertos sectores.
Nadie en su sano juicio puede están en contra de los programas asistenciales, mientras su propósito sea el subsidio, es decir, no pueden ser universales, es decir que los reciban todos, hasta los que no los necesitan, tampoco pueden ser permanentes, ya que su objetivo es brindar un soporte a las personas y a las familias en tanto estas están en condiciones de acceder a las oportunidades de desarrollo y bien es cierto, que estas también existan, tal cual lo plantean los humanistas políticos legítimos.
Hay algo muy claro, un programa social permanente, en un ambiente donde no se generan oportunidades económicas y no se propicia el desarrollo de la persona, solo es un instrumento para financiar la pobreza, pero con carácter eterno; la única manera de dejar a tras la pobreza, es accediendo a puestos de trabajo decente, con salarios dignos, justos más que suficientes, en los que de ninguna manera se tolere la precarización.
En este orden de ideas, cabe señalar que la Organización Internacional del Trabajo, convocó a una reunión de ocho expertos designados por los Gobiernos, ocho expertos designados por el Grupo de los Empleadores y ocho expertos designados por el Grupo de los Trabajadores, que se celebró en Ginebra Suiza del 19 al 23 de febrero de 2024. La Reunión fue presidida por una personalidad independiente, donde además participaron observadores gubernamentales de 36 Estados Miembros, así como representantes de la Organización Internacional de Empleadores y la Confederación Sindical Internacional; dicha reunión, tuvo por objeto trabajar sobre políticas salariales, incluidos los salarios vitales (pensiones y jubilaciones),
La reunión ha buscado promover en materia de salarios y ganancias y de horas y otras condiciones de trabajo, medidas destinadas a garantizar a todos una justa distribución de los resultados del progreso a través de trabajo digno con salario suficiente, con toda clase de protecciones económicas, sociales y de salud: “todos los trabajadores deberían disfrutar de una protección adecuada de conformidad con el Programa de Trabajo Decente, teniendo en cuenta entre otras cosas, un salario mínimo adecuado, establecido por ley o negociado”.
A lo largo de los años, a escala mundial, los salarios reales han evolucionado positivamente, siendo una docena de países, notorias excepciones, entre las que se encuentra México, estos aumentaron cada año entre 2006 y 2022; en este último año, empezaron a disminuir debido a la fuerte aceleración de la inflación. En este periodo y en diversos países, incluso inimaginables, los salarios reales han aumentado con más rapidez, la transformación estructural y un amplio conjunto de reformas políticas han dado lugar a un crecimiento medio de la productividad como factor esencial que facilita el aumento de los salarios reales.
En muchos países de ingreso alto se ha registrado una desvinculación entre los aumentos de la productividad y los salarios, y una reducción de la proporción del PIB generada por el trabajo; millones de trabajadores en el mundo siguen percibiendo salarios muy bajos y continúan viviendo en condiciones de pobreza. Los salarios decentes son fundamentales para el desarrollo económico y social, resultando la única herramienta real para reducir la pobreza y la desigualdad, ya que garantizan una vida decente en un marco de justicia social.
De acuerdo con las normas internacionales del trabajo, las prácticas de fijación de salarios deberían basarse en las siguientes instituciones y principios (Fuente OIT):
- a) Negociación colectiva y diálogo social tripartito: La negociación colectiva y/o la fijación del salario mínimo legal a través del diálogo social tripartito debería ser la modalidad adecuada para fijar y ajustar los salarios; las prácticas nacionales varían en gran medida. En algunos países el diálogo social tripartito tiene lugar sobre todo en los sistemas de salario mínimo legal, en otros la fijación de salarios incumbe exclusivamente a los interlocutores sociales a través de la negociación colectiva, no obstante, en la mayoría de los países coexisten el salario mínimo legal y la negociación colectiva en materia de salarios.
La negociación colectiva, sustentada en la libertad sindical, es un mecanismo importante para determinar los salarios, la negociación colectiva de buena fe orientada a alcanzar acuerdos mutuamente aceptables puede dar lugar a una distribución más equitativa del crecimiento económico, ya que un proceso de negociación colectiva sólido y bien fundamentado requiere que todos los interlocutores sociales tengan acceso a la misma información. Los empleadores públicos y privados deberían, a petición de las organizaciones de trabajadores, facilitar la información sobre la situación económica y social de la unidad de negociación y de la empresa en su conjunto que sea necesaria para negociar con conocimiento de causa.
El diálogo social tripartito es el eje de un sistema de salario mínimo legal adecuado, los procesos de fijación de salarios mediante el diálogo social deberían preservar y respetar la autonomía y el papel que desempeñan las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Aunque la mayoría de los Estados Miembros de la Organización Internacional del Trabajo, fijan los salarios mínimos solo previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, estas consultas deberían ser más efectivas.
- b) Consideración de las necesidades de los trabajadores y sus familias, así como de los factores económicos: Al fijar los salarios deberían tenerse en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores y sus familias como los factores económicos; los elementos que deben tenerse en cuenta al determinar los salarios mínimos son:
- las necesidades de los trabajadores y sus familias, habida cuenta del nivel general de salarios en el país, del costo de la vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales.
- los factores económicos, incluidos los requisitos del desarrollo económico, los niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo.
- c) Garantizar la igualdad de género y la no discriminación: las políticas salariales y los mecanismos de fijación de salarios deberían promover la igualdad de género, la equidad y la no discriminación.
- d) Utilización de información y estadísticas sólidas para favorecer la aplicación de un enfoque basado en los datos: Para el diseño y la aplicación de políticas salariales adecuadas es necesario disponer de datos representativos, estadísticas actualizadas y fiables, y análisis de datos. Lamentablemente, en muchos países, las oficinas nacionales de estadística carecen de recursos suficientes y no se dispone de datos oportunos.
- e) Consideración de las circunstancias nacionales y las causas fundamentales de los bajos salarios: No existe una solución única para los procesos de fijación de salarios. Es necesario también atajar las causas fundamentales de los bajos salarios.
En este orden de ideas, se entiende como salario vital:
- El nivel salarial necesario para proporcionar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias, teniendo en cuenta las circunstancias del país, y calculado como contraprestación por el trabajo efectuado durante las horas normales de trabajo.
- Calculado con arreglo a los principios de la OIT relativos a la estimación de los salarios vitales.
- Negociarse el proceso de fijación de salarios, de acuerdo con los principios de la OIT.
Por horas normales de trabajo se entiende el tiempo en que el trabajador está a disposición del empleador durante la jornada laboral prevista en la legislación y la práctica nacional. Esta definición excluye las horas extraordinarias.
El concepto de salario vital está en consonancia con el espíritu del artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el que los Estados Parte reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial: a) Una remuneración que proporcione como mínimo a todos los trabajadores: i) Un salario equitativo e igual por trabajo de igual valor sin distinciones de ninguna especie; en particular debe asegurarse a las mujeres condiciones de trabajos iguales a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual; ii) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus familias conforme a las disposiciones del Pacto; y también con el artículo 23.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reconoce el derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure al trabajador, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana.
El Pacto y la Declaración Universal de Derechos Humanos son instrumentos de derechos humanos internacionalmente reconocidos; según lo dispuesto en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos y la Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social, los Estados tienen la obligación de proteger los derechos humanos; y todas las empresas, independientemente de su tamaño, sector, contexto operacional, propiedad y estructura deben respetar los derechos humanos en todas sus operaciones.
Las estimaciones de los salarios vitales traducen el concepto de salario vital en un valor monetario nacional. Estas estimaciones pueden contribuir y servir de fundamento a un diálogo social basado en la evidencia para la fijación de salarios, por lo que las metodologías relativas a los salarios vitales deberían seguir una serie de principios:
- a) Estimación de las necesidades de los trabajadores y sus familias mediante metodologías basadas en los datos.
- b) Consulta con las organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores sobre las estimaciones del salario vital y participación de los interlocutores sociales en todo su desarrollo, con miras a garantizar la adhesión nacional.
- c) Transparencia, incluidos los detalles relativos a las fuentes de datos y los métodos de procesamiento, que deben ser claros, completos y reproducibles.
- d) Solidez de los datos en términos de representatividad y transparencia de los métodos de recopilación.
- e) Disponibilidad pública oportuna de las estimaciones, los datos y las metodologías.
- f) Indicación de si las estimaciones son brutas o netas, a saber, si se incluyen o no elementos como las cotizaciones a la seguridad social.
- g) Ajustes periódicos para tener en cuenta los cambios experimentados por el costo de la vida y las pautas de consumo.
- h) Control de la calidad, que incluya un examen técnico sólido, la validación y una revisión periódica para introducir mejoras continuas.
- i) Consideración del contexto regional o local y de las realidades socioeconómicas y culturales.
Ante contundente exposición, la política social más eficiente, correcta que genera riqueza, con la que la gente puede salir de la pobreza, es el trabajo digno bien remunerado, por lo que en este caso, el gobierno de México, deberá desarrollar políticas de estado, políticas soberanas, con las que se diseñen, tanto una legislación laboral moderna, un mercado de trabajo justo y de calidad, una política empresarial que fomente el desarrollo de unidades 4.0 y 5.0, así como un modelo claro de productividad y de negociación laboral, de esta manera México reamente podrá ser un país de clases medias consolidadas, dejando atrás lo que hoy es: un país de clases pobres y de clases trabajadoras precarizadas, donde el 10% de las familias, es poseedora del 90% del producto.
Debe tenerse cuidado al evaluar la actual política gubernamental en materia de empleo y salario, empleo que no permite el desarrollo humano real, donde personas altamente calificadas, desarrollan tareas menores y donde “ponerse la camiseta”, significa trabajar sin cobrar y lo más importante, que la política de incremento salarial, solo tiene por objeto abatir el incremento de la tasa de inflación, conservando el mismo modelo injusto que debe dejarse atrás, donde solamente se impone la precariedad y el estancamiento.