LA SALUD y EL ESPARCIMIENTO, DERECHOS FUNDAMENTALES DE LAS CLASES TRABAJADORAS

El Hijo del Camionero

“Para lograr ser un país de clases medias, ante todo debemos proteger a los trabajadores”

 

Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro Presidente de la Junta de Enlace Ciudadano, para el Análisis de Temas Económicos y Sociales de México y Nezahualcóyotl

 

@MRODOLFO_CID

 

México es un país donde muchos intelectuales desde el Siglo XIX han luchado por construir un país de clases medias, a partir de implementar un fuerte modelo de desarrollo económico, el que ha chocado con la visión liberal que ha prevalecido a lo largo de la historia, ya que es la economía la que debe estar al servicio del estado y no a la inversa.

 

El esfuerzo por ese país de clases medias, esta totalmente ligado al estado de bienestar que alguna vez estuvo enmarcado en la constitución y que debe retomarse, incluso como parte del sistema nacional de planeación, el que ha sido desmantelado desde hace años, lo que nos puso en desventaja con países como China, que se ha consolidado como el país con la clase media más numerosa del mundo, A pesar de las dificultades históricas que ha enfrentado el país, y las disputas entre facciones, que hoy elegantemente denominan grupos, se concuerda que solo el ofrecer trabajo formal, es la única salida para lograrlo, pero a pesar de que la inversión privada, ya sea nacional o extranjera, generen ese empleo, este debe calificar de decente, es decir debe ser bien remunerado, ofrecer posibilidad de desarrollo personal, laboral y profesional, además de contar con prestaciones que generen seguridad y salud.

 

Cualquier sistema de salud en el trabajo, debe generar todas las actividades inherentes a la previsión de enfermedades y accidentes laborales, así como enfrentar los nuevos riesgos que traen la implementación de la organización y las nuevas tecnologías de trabajo; tal cual lo expresa la especialista del trabajo Rosina Gammarano: “La seguridad y salud en el trabajo es un aspecto esencial del trabajo decente”.

 

El trabajo decente en México, sigue siendo una enorme deuda que se tienen con la clase trabajadora, porque aunque la constitución establece claramente el derecho a la seguridad y la salud en el trabajo, de fondo no se instrumenta en la realidad, los despidos injustificados son una realidad cotidiana, la supresión de los medios de defensa del trabajo y sobre todo los sistemas de salud históricamente deficientes, impiden que los medios económicos se expresen en consumo que propicie un mejor nivel de vida, por el contrario, esos medios se usan para adquirir los servicios que el propio trabajo debe proporcionar. No existe bienestar, sin que exista trabajo decente para todos.

 

A pesar de los estándares legales, México siendo un país donde se producen demasiados accidentes de trabajo evitables, se genera cada vez más un mayor número de riesgos laborales y lo más grave, la aparición de nuevas enfermedades profesionales que derivan de la explotación del trabajo, las malas condiciones o por lo menos, no las mas adecuadas para desempeñar las actividades, pésimas condiciones en el transporte publico y las nuevas realidades ambientales. Para lograr construir nuevas condiciones de prevención, es necesario construir un nuevo sistema estadístico que no fragmente o disfrace la realidad.

 

Muchos accidentes de trabajo son ocultos, a través de atención medica dada por el propio patrón y de permitir en algunos casos, que el trabajador no desempeñe sus actividades, pero sin encentarlo de que se presente al centro de trabajo; los riesgos relacionados con el trabajo incluyen la seguridad física, los riesgos biológicos, los productos químicos y sustancias peligrosas y los riesgos ergonómicos y psicosociales.

 

Simplemente es un insulto que un trabajador, este en riesgo inherente a adquirir una enfermedad, por el simple hecho de presentarse a trabajar. A nivel internacional afirma la OIT que alrededor de 2,93 millones de trabajadores murieron por factores relacionados con el trabajo; el 89% de estas muertes derivó de enfermedades profesionales y los accidentes generaron el 11%, tendencia que es prácticamente idéntica para México. Las principales enfermedades causantes de muertes relacionadas con el trabajo fueron las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias, tan es así, que los establecimientos de salud se encuentran sobresaturados por pacientes que padecen estos males.

 

Este país, nunca a logrado disminuir las muertes por el desempeño del trabajo, por el contrario, conforme este se hace más complejo, la tasa de mortandad aumenta, lo que se verifica debido a que pesar de todo, los sistemas de vigilancia y notificación de accidentes laborales contribuyeron a aumentar el número de casos detectados.

 

Las deficiencias históricas que muestran los sistemas de salud en la atención de enfermedades y accidentes laborales graves afectan directamente al trabajador, al tener que enfrentar mal formaciones e incapacidades evitables, todo se resuelve con “amputaciones y acabese de recuperar en su casa.” Estas tragedias causan víctimas mortales, lesiones, enfermedades y daños psicológicos de carácter permanente, al grado que además de la catástrofe moral que ello implica, también provocan catástrofes económicas y sociales.

 

La inseguridad en el trabajo en México genera más víctimas que la inseguridad publica y más discapacitados que los accidentes de trafico

 

Las Estimaciones conjuntas OMS/OIT de la carga de morbilidad y lesiones relacionadas con el trabajo muestran que el riesgo ocupacional con mayor número de muertes atribuibles fue la exposición a jornadas laborales largas. Las jornadas de trabajo prolongadas fueron responsables de más del 60% de las muertes y la exposición a partículas, gases y humos profesionales causó la muerte de más del 24% del total estimado de muertes relacionadas con el trabajo.

 

Una política laboral digna que debiese aplicar un gobierno de carácter humano político debe partir del compromiso de que ningún trabajador se quede atrás, que su empleo le permita el desarrollo personal y el desarrollo profesional; pero para el diseño de esa política laboral, de acuerdo con lo que expresa Rosina Gammarano, “se requiere el recabar datos fiables, oportunos y especialmente desglosados, para supervisar la situación de los grupos tradicionalmente marginados o vulnerables, haciendo hincapié específicamente en la necesidad de promover entornos de trabajo seguros para todos los trabajadores, y los que tienen una la ocupación precaria.»

 

Debe recordarse que un trabajo precario, ya no solo es aquel que es explotado y mal pagado, el concepto abarca también el trabajo que no ofrece posibilidad de asenso y movilidad, el que por su dinámica es poco gratificante y el que da acceso a esquemas de beneficios de poca calidad, tal como son servicios de salud y de esparcimiento social eficientes; pero esta parte es muy endeble respecto a lo que a México se refiere, existe estadísticas poco desagregadas respecto a los orígenes de las enfermedades, para en su caso establecerlas como enfermedades laborales y mucho menos queda determinado el espectro y la gama de estas.

 

Sigue siendo una realidad en los establecimientos de trabajo se evite notificar accidentes y enfermedades profesionales, así como buscar atención médica por miedo al despido. Estas actitudes tienen por objeto evadir el pago de prima de riesgo por parte de los patrones, ente la evidencia de que algunos sectores son más peligrosos que otros para los trabajadores. La tasa de lesiones laborales no mortales es mayor entre los hombres que entre las mujeres, y lo mismo ocurre con la tasa de lesiones laborales mortales, por lo que las políticas laborales de lo que actualmente se denomina de “genero”, no se justifican y dejan desprotegidos a aquellos que constituyen la mayor parte de la fuerza de trabajo.

 

La concentración de los trabajadores hombres en los sectores más inseguros conduce a los mayores índices de lesiones de los hombres; por ello la única forma de prevenir todos estos vicios, es fortaleciendo los esquemas de investigación laboral que abarque el mayor numero de establecimientos del mayor número de sectores económicos y ante todo dicha supervisión debe arrojar datos, que a su vez se crucen con los datos del sector salud, permitiéndose de esta manera, la construcción de un modelo de comportamiento de accidentes y enfermedades laborales, que permita de una vez por todas organizar servicios de esparcimiento que cumplan la función de prevenir y servicios de salud que realmente curen en todas sus dimensiones las enfermedades y lesiones de los trabajadores: “Nunca más un trabajador deberá ser dado de alta del servicio publico de salud, par buscar y tener que pagar servicios de salud privados para acabar de recuperarse”

 

De una vez por todas los déficits en materia de seguridad y salud en el trabajo deben ser atendidos y así estar en capacidad de determinar con prontitud los nuevos factores que ponen en riesgo la integridad de los trabajadores; una clase trabajadora protegida con acceso a servicios de salud adecuados es la antesala para construir un país de clases medias.

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