• Hoy me dirijo a ustedes, las y los indignados, porque es inútil querer hablar con las y los titulares del poder público.
• Manzo no murió inadvertidamente y sin haber tocado la puerta del Palacio más cercado de México.
La Diputada Liz Salgado, ante el pleno del Congreso de la Ciudad de México, le dio voz a todos los indignados del país y a la Generación Z, después de los hechos ocurridos el pasado sábado durante la marcha, expresando el sentir de transportistas, madres buscadoras, agricultores, estudiantes, médicos, trabajadores del poder judicial, víctimas de la violencia y de las extorsiones, enfermos que no tienen acceso a medicinas y víctimas de frecuentes y graves accidentes en el transporte público.
Enfatizó que los debates en el Congreso se han convertido en un diálogo de sordos, Pasó, dijo, cuando discutimos la reforma judicial y la desaparición de los órganos autónomos, con las reformas constitucionales que mandó la presidenta, con A, y el remate de esa frase sigue en los ecos de la avenida Reforma, de la calle 5 de Mayo y del Zócalo. Porque sí: las paredes oyen y guardan la memoria de las sociedades cuando gritan por justicia.
Preguntó entonces la panista, quién necesita que un régimen que ha financiado fortunas personales con huachicol fiscal diga si una marcha es legítima o no.
Quién necesita que un gobierno que heredó de su líder moral el encuentro con la madre de JGL, diga si los motivos para salir a la calle son justos o no.
Quién necesita que un gobierno que ha dejado morir a decenas de miles de jóvenes en manos de la violencia, diga si los manifestantes eran o no de la generación Z.
Quién necesita que el gobierno diga si eran 17 o 20 mil los manifestantes, cuando han ignorado las voces de productores y de transportistas, los cierres de carreteras y los bloqueos de accesos a esta Ciudad.
Quién necesita que le digan, desde el privilegio del poder, la indiferencia y la insensibilidad, cuál es el lado correcto de la historia.
Quién necesita que un gobierno que es incapaz de generar crecimiento y riqueza diga que todo se explica desde el pasado y por la perversa manipulación de la derecha y de grupos extranjeros.
¿Y quién necesita de esbirros de un gobierno que se burla del dolor, de la impotencia y de la frustración de cualquiera que no esté de acuerdo con ellos, sin importar su edad?, preguntó.
Ustedes, las y los indignados, no, dijo. Porque es cierto: Manzo no murió inadvertidamente y sin haber tocado la puerta del Palacio más cercado de México, como tampoco fue voluntaria la desaparición de las miles de personas que faltan y que ya ni siquiera se pueden buscar, porque los grupos que buscan a sus desaparecidos son amenazados y violentados.
Es cierto, señaló Salgado Viramontes, se acabó el monopolio del uso legítimo de la fuerza que tenía el Estado Mexicano, ahora lo comparten con quienes controlan territorios y cobran piso, hay un gobierno empeñado en financiar proyectos que son ejemplo de la torpeza y la irresponsabilidad pública, ahí siguen el aeropuerto, el tren, la refinería y su obsesión por PEMEX. Y es cierto que muchas y muchos que hoy son autoridades electas, como la presidenta, senadores, diputados, gobernadores y presidentes municipales, y que viniendo de movimientos como el del sombrero y de generaciones contestatarias como la Z, traicionaron su pasado y sus causas.
Pero como dicen muchas niñas y mujeres los 8 de marzo, que también desde el gobierno han intentado callar, les quitaron tanto que les quitaron el miedo.
Liz Salgado, se dirigió a las y los indignados del país, afirmando que es inútil querer hablar con las y los titulares del poder público. Sin embargo, aquí tienen aliados que saben distinguir entre causas genuinas y provocadores. Aquí cuentan con cuadros políticos que también queremos un país mejor, en paz, con justicia y oportunidades para todas y todos.
En el Congreso, trabajamos todos los días y creemos en el estado de derecho, en la libertad y en el monopolio de la Ley, aunque el aparato del Estado les haga creer que están solos en su lucha, aquí tienen hombros en que apoyarse. Sepan que sabemos que el futuro se construye en colectivo, porque aquí lo que está en juego es la patria y la libertad, algo que desde el lado oficial desdeñan porque no lo entienden. Sepan que seguiremos haciendo nuestro trabajo, aportando ideas y propuestas.
Pero no esperen nuestro silencio o la renuncia a nuestras críticas, porque esta no es la ruta y no lo decimos nosotros: lo dicen millones de personas, en decenas de ciudades, que ya salieron a las calles y que, les guste o no, seguirán saliendo, concluyó





