Lo que no hacen los buenos

El futuro.

Efraín Delgadillo Mejía.

Más de 20 mil personas, convocadas por la Generación Z, se congregaron el 15 de noviembre en el Zócalo de la Ciudad de México. La razón detrás de la marcha fue manifestar su oposición a la inseguridad, al crimen organizado y a la corrupción gubernamental. El homicidio de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan en Michoacán, había tenido lugar días antes. Esto fue el elemento que disparó la discusión en las redes sociales y la participación en las calles de todo el país.

La marcha fue descalificada por la presidenta Claudia Sheinbaum desde el mismo momento en que fue convocada. Además, en «La Mañanera del Pueblo» mostró una investigación que relacionaba la movilización con una «estrategia digital articulada», en la que participaban bots, influencers, políticos de la oposición y el empresario Ricardo Salinas Pliego.

Los medios afines a la Cuatro Té, los columnistas y los replicadores llevaron a cabo su conocido «Nado Sincronizado» y repitieron hasta el cansancio que la marcha era una provocación, que no había jóvenes y que la movilización era impulsada por la derecha. Lo cierto es que la presidenta empleó durante cinco días seguidos parte de sus conferencias para descalificar a la «Marcha de la generación Z». El viernes 14, la mitad del tiempo que duró «La Mañanera del Pueblo» fue un intento por descalificarla. El «nado sincronizado» de los medios actuó de la misma manera.

Para la concentración por los 7 años de la llegada de la Cuatro Té. El día 6 de diciembre, la respuesta de la presidenta fue contundente: “Que nadie se equivoque, los jóvenes están con la transformación”, y remató: “En estos días se ha demostrado que por más campañas sucias que paguen en las redes sociales, por más compras de bots, por más alianzas con grupos de interés, por más consultores de comunicación que contraten para inventar calumnias y mentiras, por más intentos de hacer creer al mundo que México no es un país libre y democrático, por más que hagan eso, ¡no vencerán al pueblo de México ni a su presidenta!

La Cuatro Té y la presidenta están compitiendo por representar a los jóvenes de México. En los últimos meses del año, ha convocado en dos ocasiones a llenar el Zócalo de la capital. En esta última oportunidad, el enfoque principal del discurso fueron los jóvenes. Mismos jóvenes que no fueron mayoría. A pesar de que la plaza estaba repleta de mantas provenientes de los gobiernos municipales, estatales y las alcaldías, así como de organizaciones como MORENA, CTC, CROC y el Sindicato Petroleros. Un detalle: no se encontraba la CATEM de Pedro Haces, quien se vio involucrado en una discusión por apoyar al sionismo y no al pueblo judío.

La UNESCO, acrónimo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, considera que los individuos que pertenecen a lo que se conoce como Generación Z son aquellos nacidos entre 1995 y 2012. Siendo así, en este año tendrían entre 30 y 13 años. Es decir, los votantes del 2027. Son los que conocen a los gobiernos del PRI y el PAN por los documentales.  Para los que acusar al pasado es una excusa para incumplir con la sociedad.

La Lista Nominal de Electores, con corte al jueves 6 de noviembre del 2025, muestra que la Generación Z tiene una presencia significativa, pues contiene a un mínimo de 25 millones de individuos que tienen entre 18 y 29 años. No obstante, es importante recordar que este segmento de la población ha sido el que menos ha participado en las elecciones federales entre 2009 y 2024.

Se han invertido  100 mil millones a becas; sin embargo, esto no es suficiente para detener un aumento del 72% en el número de asesinatos de jóvenes, mientras que el número de personas encarceladas por narcomenudeo se ha duplicado.

La concentración del 6 de diciembre y la marcha de la denominada Generación Z colocaron a los jóvenes en el corazón de la narrativa. Sin duda, son los responsables de edificar el futuro. La cuestión es: ¿Cuál será el futuro?

Deseo vivir en un país libre de miedo, donde pueda viajar sin temor al robo, a la extorsión, al crimen  o al secuestro. Una nación que retorne a la dotación de medicamentos, a los tratamientos del cáncer y a la operación del sistema de salud. Una nación que erradique la pobreza y aprecie el trabajo honesto. Un país sin corrupción, sin privilegios para la clase gobernante, un país donde se aprecian las  disparidades de pensamiento. Un país de leyes. Una nación con instituciones. Un país sin engaños. Un país sin odio. Sin un mesías, un país de todos.

El futuro de la elección del 2027 estará en manos de los jóvenes, ya sea que elijan apoyar o rechazar a la Cuatro Té; no deben dejarlo al azar ni entregárselo a otros. Ya es el momento de participar. La labor es enorme, pero optar por el desánimo significa renunciar al futuro de la nación.

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