Lo que no hacen los buenos

Lo que sé de moral lo aprendí del fútbol.

Efraín Delgadillo Mejía.

“Lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.  Dijo Albert Camus. El 13 de septiembre se jugó el llamado “Clásico Nacional”, el Club América vs. Club Guadalajara. Antes de que comenzara el partido, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la explosión del Puente de la Concordia, que tuvo lugar el miércoles 10 de septiembre. Esta explosión fue provocada por una pipa en la Calzada Ignacio Zaragoza, dentro de la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. Según el informe más reciente, trece personas fallecieron; además, hay 40 heridos en hospitales ubicados tanto en el Estado de México como en la capital y otros 30 ya han sido dados de alta.

Solo dos Congresos locales, el de Hidalgo y el de la Ciudad de México, reservaron un minuto para guardar silencio en memoria de las víctimas. Tanto la Cámara de Senadores, presidida por Morena, como la de Diputados, liderada por el Partido Acción Nacional, no lo hicieron.

El 23 de julio, el presidente del Senado en ese momento, Gerardo Fernández Noroña, pidió a la Comisión Permanente del Congreso que hiciera un minuto de silencio para recordar a Ozzy Osbourne. Explicó que lo hacía a solicitud del legislador Sergio Gutiérrez Luna. El jueves 11 de septiembre, en memoria del activista de la derecha Charly Kirk, quien fue asesinado en Utah, Fernández Noroña pidió un minuto de silencio nuevamente. En relación con las víctimas del Puente de la Concordia, no ofrecieron nada.

Salvador Ramírez, que ejercía el cargo de coordinador de Comunicación Social del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara Baja, afirmó en un programa de Milenio Televisión que Charlie Kirk «recibió una cucharada de su propio chocolate» al ser asesinado con un arma de fuego durante un acto en la Universidad del Valle de Utah.

El ex embajador de Estados Unidos en México y actual subsecretario de Estado Christopher Landau señaló: “¿De veras Milenio? ¿Este es el nivel de ‘discurso’ que promueven en su canal? Me da vergüenza haber interactuado con ustedes durante mi gestión como embajador de Estados Unidos en México”.

Salvador Ramírez decidió dejar la coordinación de comunicación al día siguiente; trató de convertir un defecto en una virtud: “He tomado la determinación de presentar la renuncia a mi cargo en el Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados. Lo anterior lo hago porque no quiero afectar bajo ninguna circunstancia que los comentarios de los cuales me disculpé e hice a título personal se relacionen con el Grupo Parlamentario”. En realidad, renunció debido a la presión del embajador saliente, no porque sus comentarios fueran desafortunados.

Al igual que en todo el mundo, la política de México también tiene diferentes intereses. Es inútil pretender que no los tiene. Pero se supone que estamos  juntos en un proyecto más grande: todos, o la mayoría de nosotros, estamos tratando de preservar el bienestar del pueblo mexicano.

La solidaridad por la muerte de cantantes o políticos me parece apropiada. Me inquieta que a los políticos les interese más lo que piensan los extranjeros que la opinión del pueblo. La solidaridad es necesaria para las madres que buscan a sus hijos, los desaparecidos y las víctimas de la delincuencia organizada. Consiste en ser coherentes con lo que dices defender.

Les importa más la percepción externa que la opinión de los ciudadanos; en realidad, lo local no les importa. Lo que sí importa es quedar bien en el extranjero.

La liga de fútbol mexicana presenta numerosas fallas. Pero solicitan un minuto de silencio por las víctimas de la explosión; saben a quiénes se deben. Aprendimos más sobre moral en el fútbol. Albert Camus tiene razón.

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