Porfirio Muñoz Ledo, transición democrática y partido de izquierda. 2ª parte

Juan Carlos Flores Aquino

Poder Ciudadano

Juan Carlos Flores Aquino

Como se lo escribí hace una semana en este mismo espacio, https://www.la-prensa.com.mx/analisis/poder-ciudadano-porfirio-munoz-ledo-transicion-democratica-y-partido-de-izquierda.-10374307.html el IV Congreso Nacional del PRD en 1998 marcó un antes y un después en la historia de quienes vivimos ese momento.

Ahí, a propuesta de Porfirio, el PRD se definió como un partido de izquierda, y es cuando logra su mejor momento que le daría paso a ganar la capital del país dos años después.

Varias reflexiones hubo entre los jóvenes que debatimos en aquellas asambleas: siempre me presentaba como “militante NO fundador del PRD” (me acababa de afiliar apenas unos meses antes) y lo menciono porque, desde entonces, en la izquierda había un tipo membresía de aquellos que se creían con más derechos por ser fundadores. Lo mismo que sucede en Morena ahora, por ejemplo.

En lo particular, aún con la entrañable admiración al Ingeniero Cárdenas desde entonces, me parecía un despropósito que compitiera por tercera vez para una elección presidencial. Sin duda, la carta fuerte en ese momento era Porfirio Muñoz Ledo.

AMLO apenas lograba un impulso nacional gracias a Cuauhtémoc Cárdenas, y no era tan reconocido en aquella época. Por ello, fue natural que al no haber logrado la candidatura presidencial, Porfirio saltará del PRD que él mismo había construido.

Lo paradójico de la historia, y que años después el mismo Muñoz Ledo reconocería, es que Andrés Manuel le ofreció la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México para que se quedará en el PRD y fueran en dupla Cuauhtémoc y él. Porfirio no aceptó, y la historia tú ya la conoces.

Andrés Manuel gana la candidatura a la jefatura de gobierno, impugnado por Pablo Gómez por los cinco años de residencia que marcaba la ley, Cuauhtémoc pierde la elección, y de ahí surge el segundo candidato presidencial que tuvo en su historia el extinto PRD, y que este 2018, por otro partido, llegaría a la Presidencia de la República.

Aquí hago un paréntesis: de 1988 al 2018, en seis elecciones presidenciales, la izquierda tuvo solo dos candidatos, AMLO y Cuauhtémoc. Quizás por ello resulta tan incierta la actual elección de la corcholata presidencial y el tapadismo del cual no puede huir el propio López Obrador, aunque insistan con su cuento de la encuesta.

Y un segundo paréntesis, en ese año, 1998, Marcelo era Diputado Federal por el Partido del Centro Democrático, postulado por el verde, camachista siempre; Sheinbaum como se lo reconoce a Arturo Cano en el reciente libro que se acaba de publicar, era una militante más, ceuista, y no pintaba en aquel entonces dentro del PRD; Adán Augusto militaba en el PRI, y Monreal aún con el monrrealazo y ser Gobernador de Zacatecas que le dio un gran impulso, no se había afiliado aún al PRD. Ahora entre estos cuatro saldrá el próximo Presidente (a).

PML siempre creyó en los partidos como un medio y no como un fin, y en ese entonces el único objetivo era terminar con la dictadura perfecta, la hegemonía del PRI, y lograr por fin la anhelada transición democrática (que se quedó en alternancia). Y él lo hizo, con sus propios métodos como en el 2000, pero lo hizo. Así fue Porfirio.

Twitter: @floresaquino

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