Puente La Concordia: somos muchos más los buenos que los malos.

Poder Ciudadano

Juan Carlos Flores Aquino

Empiezan a conocerse numerosas historias de actos heroicos, que se dieron
durante la tragedia que cimbró antier a la capital del país.

La explosión de una pipa que transportaba 50,000 litros de gas LP, en uno de
los lugares más transitados en los limites de la Ciudad de México con el
Estado de México, el conocido Puente La Concordia, en el que millones de
capitalinos hemos transitado, cuando salimos en automóvil o camión, al sur de
nuestro México.

Las imágenes de inmediato se viralizaron desde los primeros minutos de la
explosión, y anunciaban una tragedia de dimensiones mayores. Fotos y videos
terroríficos, que mostraban una enorme nube blanca, seguida de una explosión
descomunal, con llamaradas de fuego que alcanzaban al propio puente, que
para darte una idea, tiene una capacidad de hasta 9,600 vehículos por hora en
cada uno de sus sentidos.

Desgarradoras imágenes continuaron, en donde se veía a las personas
afectadas gravemente por la explosión, literalmente luchando por sus vidas.
Ya era la trágica y dramática noticia, que anticipaba un desenlace fatal.

Al momento de escribir esta columna, hay 94 heridos y 8 personas fallecidas,
67 hospitalizadas con 22 en estado crítico, y 39 delicados. Las cifras para este
viernes seguramente habrán cambiado. La ciudad está de luto.

Y aquí es donde, con el pesar de la tragedia, nuevamente la ciudadanía, y
particularmente las y los vecinos de Iztapalapa, nos dan muestra de lo que
están hechos. La solidaridad se traducía en salvar vidas y actuar rápidamente.
Los propios sobrevivientes, que milagrosamente salieron con lesiones
menores, ayudaban a quienes pedían auxilio a gritos, en estado crítico por la
explosión.

Las y los vecinos de Santa Martha y San Miguel Teotongo Iztapalapa se
organizaron de inmediato, con sábanas, abriendo paso a los heridos mortales,
para trasladarlos a las primeras patrullas que llegaban a la zona del desastre.

Otros más, tratando de apagar el fuego con colchas, toallas, trapos o lo que
tuvieran a la mano, evitando que se propagaran los incendios, que se daban en
autos, y en lugares donde permanecían las llamas.

Y nuevamente bomberos, elementos de protección civil, policías, trabajadores
de transporte público, entre muchos otros, que de inmediato ayudaban como
podían, trasladando o avisando a familiares de las víctimas, la situación en la
que se encontraban.

Lo más conmovedor y de lo más doloroso hasta hoy: Alicia, despachadora en
la base de camiones en Santa Martha, que cubrió por completo a su nieta, de
apenas 2 años de edad, salvándole la vida, costándole 95% de su cuerpo
quemado a la abuela de 49 años, debatiéndose hoy entre la vida y la muerte.

La nenita con 65% de quemaduras, en condición delicada. Un policía de la
Secretaría de Seguridad Ciudadana, es quien apareció para llevarlas de
inmediato a su atención médica. El hecho, grabado con su
body cam, le ha dado la vuelta al mundo. Gracias policía Sergio Soriano, por
demostrarnos que somos muchos más los buenos que los malos.

Representa este acto heroico, lo que hicieron muchísimos más. A ellos,
muchas gracias. Siguen las muestras de solidaridad, ahora afuera de los
hospitales, asistiendo los vecinos a familiares de las víctimas. Héroes y
heroínas anónimas.

X: @floresaquino

FB: Juan Carlos Flores (fan page con el puño levantado)

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