- Presentan en el Senado “Belisario Domínguez, fragmentos de un discurso vital”
Para conmemorar el 112 Aniversario Luctuoso de Belisario Domínguez, el Senado de la República organizó una tertulia literaria con el objetivo de recrear las lecturas dramatizadas relacionadas con este personaje histórico.
El patio central de la Antigua Casona de Xicoténcatl sirvió como escenario para entrevistar al político chiapaneco sobre su vida, estudios, su desempeño como médico en su querido Comitán, Chiapas, así como su labor como legislador en una de las etapas más complicadas de nuestra historia: la dictadura de Victoriano Huerta.
La idea de recrear una conversación viva con Belisario Domínguez surgió durante unas Charlas de Café, edición que fue publicada hace varios años bajo la coordinación de la doctora Patricia Galeana, quien invitó a literatos, principalmente mexicanos, para recrear a algún personaje mexicano del siglo XIX y principios del siglo XX.
Belisario Domínguez fue uno de los protagonistas que formaron parte de este proyecto y, Vicente Quirarte, autor del texto original, recreó un diálogo con él en las calles del centro histórico, para conocer su vida y trayectoria política.
Israel Sánchez Zamora, uno de los participantes, interpreta este diálogo, además forma parte del equipo de trabajo del Senado, donde como guía de turistas orienta, instruye y asiste a quien visita la Antigua Casona de Xicoténcatl y César Rincón, es un destacado actor de obras infantiles y familiares.
Bajo este concepto se creó el diálogo “Belisario Domínguez, fragmentos de un discurso vital”, con el texto de Vicente Quirarte, el cual narra una historia dolorosa en la que la violencia se convirtió en la nueva dinámica de la sociedad. Sin embargo, también el odio se fatiga y cede terreno a la armonía.
El entrevistador comentó que, en 1953, cuando México gozaba de los beneficios de la Revolución que había costado innumerables vidas, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines lanzó un decreto en el que se instituía la Medalla Belisario Domínguez.
– Al respecto Belisario Domínguez preguntó: ¿Una medalla con mí nombre?
– El entrevistador: Y con su efigie. No para rendir culto a la personalidad, sino para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra patria o de la Humanidad.
– Belisario Domínguez: Óigame, eso suena hiperbólico, por no decir rimbombante. Pero cuénteme ¿Quiénes han recibido esta medalla?
– Entrevistador: Temía la hora en que fuera hacerme esa pregunta. Ha sido obtenida por personalidades muy polémicas, a veces impulsadas por preferencias partidistas o por cuestiones políticas.
“No le voy a dar los nombres de quienes no honran precisamente su nombre, don Belisario, y la medalla que lo lleva.
Sin embargo, desde su establecimiento en 1954, la medalla ha reconocido con justicia a artistas de prestigio mundial como Gerardo Murillo el Dr. Atl, Rufino Tamayo; médicos notables como Ignacio Chávez, Salvador Zubirán y Jesús Kumate; humanistas como Miguel León Portilla y Héctor Fix-Zamudio; escritores como Carlos Fuentes y Jaime Sabines; A grandes mujeres como María Lavalle Urbina, Rosaura Zapata, Griselda Álvarez o Elena Poniatowska”.
Una forma de lavar la afrenta de 1913 y su propio sacrificio, doctor Domínguez, continuó el entrevistador, fue entregarla a María Hernández Zarco, en 1963, y a María Cámara Vidales, viuda de José María Pino Suárez en 1969.
Belisario Domínguez: Ósea, que después de todo valió la pena mi capricho.
Entrevistador: Yo lo llamaría tenacidad, congruencia o la cólera de un particular. Cólera convertida en amor y servicio al prójimo.
Belisario Domínguez: “No moriré del todo, amiga mía”. ¿Recuerda ese poema, muy en boga en mis tiempos?
Entrevistador: Y lo sigue estando en los actuales. No, don Belisario Domínguez, usted no murió del todo. Usted no va a morir mientras haya necesidad de invocar la dignidad humana.