A la mala

Juan Carlos Flores Aquino

PODER CIUDADANO

Juan Carlos Flores Aquino

Vaya nivel de confrontación política que estamos viviendo en la Ciudad de México desde las elecciones intermedias del 2021, que cambió radicalmente el mapa político capitalino.

Desde entonces, Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno, se transformó y pasó de ser una científica prestigiada, política respetada —que inclusive se le puso al tú por tú a López Gatell al inicio de la pandemia— a ser la pre candidata presidencial, que cambió la imagen de gobierno del color verde institucional al color guinda militante, que despidió a funcionarios de su confianza y le impusieron en su gobierno a los operadores más radicales de MORENA. Todo ello, consecuencia de haber sido elegida por López Obrador como su sucesora presidencial. Su corcholata favorita.

Hemos sido testigos de cómo en lugar de ser una Jefa de Gobierno para todas y todos, pasó a ser una política confrontadora, emulando el discurso del Presidente de la República, y simulando cada vez que se le cuestiona su actuar, con un doble discurso que nos decepciona a muchos, quizás cientos de miles, que votamos por ella.

Acompañada de esta militancia reacia y sectaria, sus decisiones equivocadas le han valido sorna e ironía en la opinión pública capitalina.

Por ponerle solo dos ejemplos, cómo se explica que una Palma, que vivió más de 100 años, haya muerto en este gobierno, y que el Ahuehuete que pusieron en su lugar, –en la Glorieta de la Palma– se haya secado en menos de un año.

O que el famoso Contralor de la Ciudad que nadie conocía y que solo supimos de su existencia por un operativo armado e inverosímil en la Alcaldía Cuauhtémoc, a las 2 semanas tenga que explicar que un “primo” le “regaló” dos boletos para el Súper Bowl para él y su esposa, con un valor superior a los 250 mil pesos, o que también nos enteráramos que fue el abogado que traicionó a los padres del colegio Rébsamen cuando precisamente Sheinbaum era delegada en Tlalpan en el terremoto del 2017.

Con una política de comunicación e imagen errónea, que le ha valido el paso de tres coordinadores de comunicación social en cuatro años, el penúltimo de ellos actual Presidente de Morena en la Ciudad de México, por si alguien dudaba del uso faccioso que se le da a este gobierno, Sheinbaum no atina a decidir una política propia ni con su misma secta.

Si no me creen, cómo se explican que Sheinbaum haya anunciado su boda en el programa más fifí de la radio, con la criticadísima por la izquierda Martha Debayle, o más recientemente, que su control de daños y manejo de crisis por el desastre en el Metro, sea una entrevista exclusiva con el misógino y clasista youtubero “el escorpión dorado”.

Súmele que se usa sin decoro las instituciones de gobierno, como la Fiscalía de la Ciudad de México (a quien su titular cuando fue electa le llamaron en el Congreso la fiscala carnala) para perseguir a la oposición y hasta para justificar desastres como el del famoso plagio de tesis.

Por todo esto, no es correcto que se quiera ganar a la mala las elecciones de la Ciudad de México en el 2024, ni que se nos quiera imponer una narrativa en medios tramposa y manipulada.

Dejen que decidamos libremente los ciudadanos a quien queremos que nos gobierne. No cambien la mística por unos votos.

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