Comisión Permanente recibe y turna iniciativa de la titular del Ejecutivo que declara el “2025, Año de la Mujer Indígena”

 Busca restituirla en el lugar histórico que le corresponde, reconocerla, honrarla y resaltar su legado

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión recibió y turnó una
iniciativa de la titular del Ejecutivo Federal para que el Congreso de la Unión
declare el “2025, Año de la Mujer Indígena”, cuya finalidad es restituirla en el
lugar histórico que le corresponde, reconocerla, honrarla y resaltar su legado.

La propuesta presidencial, enviada a la Comisión de Gobernación y
Población de la Cámara de Diputados, destaca que, durante 2025, en toda la
documentación oficial de la Federación se inscribirá la leyenda “2025, Año de la
Mujer Indígena”.

Además, con estricto apego al principio de distribución de competencias,
se invita a las entidades federativas, municipios y demarcaciones del territorio
nacional, a adherirse a la presente declaratoria.

El Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de
Gobernación, en coordinación con los Poderes Legislativo y Judicial federales y
los órganos públicos autónomos, establecerá un programa de actividades para
conmemorar y honrar la obra de la mujer indígena en favor de la patria.

A efecto de cumplir con el compromiso y convicción de garantizar la
igualdad sustantiva de las mujeres, se sugiere honrar a la mujer indígena a lo
largo del año 2025, con el fin de restituirle el lugar histórico que le corresponde
y demostrar que sus ancestrales saberes se mantienen vivos y revitalizados en
lo más íntimo de los corazones de los pueblos originarios.

Subraya que la vigencia de las culturas de los pueblos indígenas impulsa
una modernidad alternativa, plural, democrática, comunitaria, diversa, de
valores solidarios, de una visión comprometida con la naturaleza y el medio
ambiente.

Con esta acción, resalta, se busca erradicar las condenables actitudes
discriminatorias que, en el caso de las mujeres indígenas, se agudizan por su
calidad de mujer, por su tono de piel y por formar parte de alguna nación
indígena. Dichas conductas hablan de un exacerbado machismo, xenofobia y
racismo que son inaceptables en el humanismo mexicano.

Hace notar que de cada una de las culturas maya, mexica, mixteca y
tolteca se ha elegido a una mujer como identidad gráfica del “Año de la Mujer
Indígena”, de quienes se cuenta con elementos que acreditan su quehacer y su
existencia: Tz’ak-bu Ajaw (Señora de la Sucesión); Tecuichpo-Ixcaxochitzin
(Flor Blanca-Flor del Señor Moctezuma); Señora 6 Mono (Señora mixteca de
Huachino), y Xiuhtzatzin, la Gobernanta Tolteca (Flor de la tierrita tolteca).

La iniciativa expone que desde tiempos ancestrales las mujeres han
desempeñado un papel fundamental. Los pueblos originarios se destacaron por
crear, preservar y enriquecer sus lenguas, pues fueron ellas quienes se
encargaron de transmitirlas naturalmente a sus hijas, hijos, nietas y nietos,
forjando con ello la identidad, la memoria y la cosmovisión propia de las
comunidades.

Pone de manifiesto que, a finales del siglo pasado, luego de varios
milenios de una visión patriarcal de la historia, se reconoció el papel relevante
de las mujeres y fueron ellas quienes, a efecto de proteger a sus familias,
fundaron asentamientos humanos, domesticaron plantas y animales, de sus
manos pacientes nació el maíz, conocedoras de la herbolaria cuidaban de la
salud, organizaron la familia y la vida comunitaria y, sobre todo, desarrollaron el
linaje y los vínculos familiares.

Por ello, considera importante reconocer la disposición de los pueblos de
las antiguas civilizaciones para ser conducidos por mujeres, en donde
desempeñaron cargos de autoridad tanto en asuntos de gobierno como
religiosos.

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