Ciudad de México, a jueves 21 de noviembre de 2024
Se presentó la reimpresión del volumen en la Cineteca Nacional
Editado por la UAM, el texto es un recorrido por los trabajos de los
artistas que crearon afiches y, principalmente, por quienes hicieron
el diseño gráfico para ilustrar y difundir las filmaciones mexicanas
realizadas en ese periodo
Los carteles elaborados para promocionar el Cine de Oro Mexicano muestran
lo que las y los mexicanos de esa época deseaban ser, coincidieron Juan
Manuel Aurrecoechea y Armando Bartra, durante la presentación editorial de
Sueños de papel. El cartel cinematográfico mexicano de la época de oro, la cual se
llevó a cabo la noche del 20 de noviembre, en la sala 4 de la Cineteca Nacional.
“El México imaginario es el México verdadero, y no porque uno sea más
verdadero que el otro, sino que en uno están las claves del otro. El tipo de
imágenes que construimos para representarnos a nosotros mismos nos da la
clave de lo que queremos ser y, en el fondo, lo que somos. Los mexicanos
somos lo que la cultura popular, el imaginario, lo que el cine, el radio, las
historietas han reproducido de nosotros. Y lo hemos visto, consumido y
repetido. ¿Y es falso? ¡Claro! En nuestras falsedades esta la muestra de lo que
somos”.
Edición de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Sueños de papel. El
cartel cinematográfico mexicano de la época de oro de Armando Bartra es un
recorrido –en cuatro capítulos– por los trabajos de los artistas que crearon
afiches y, principalmente, por quienes hicieron el diseño gráfico para ilustrar y
difundir las filmaciones mexicanas realizadas en ese periodo. Además, se
muestran a color 60 carteles producidos entre 1923 y 1957 por 20 cartelistas
identificados y seis que no se pudieron encontrar autoría.
|Paseo de la Reforma 157, piso 14. Col. Cuauhtémoc. CP. 06500. Alcaldía Cuauhtémoc, CDMX. Tel. 55 41550200 www.gob.mx/cultura
Al respecto, Juan Manuel Aurrecoechea comentó: “Los anuncios se han
transformado en otra cosa, rejuvenecen en cada lectura; ya que cumplieron
su función; parecían destinados a la basura y ocurrió lo contrario, adquirieron
vida propia y cada vez son más cotizados y valorados. Son testimonios de una
época y de un querer ser. Del muro callejero pasaron a las mamparas de los
museos”.
La presentación de la reimpresión del libro (editado originalmente en 2010)
permitió recordar que la llamada Época de Oro del Cine Mexicano tuvo como
contexto global la Segunda Guerra Mundial y la postguerra, momentos en
que Hollywood no producía y, para llenar el vacío, proporcionó a México
insumos para crear grandes producciones.
“Leyendo Sueños de papel uno concluye que en el cine mexicano, los directores
y guionistas son lo de menos. Es un cine de imágenes, fotógrafos,
escenógrafos, coreografías; de fragmentos, de escenas inolvidables en medio
de argumentos débiles, donde la estructura dramática es secundaria. Esto por
supuesto es una generalización, pero pienso que es interesante”, dijo
Aurrecoechea.
Y Bartra apuntó: “El valor de los carteles no tiene que ver con el de las
películas; hay carteles espléndidos de películas infames y viceversa”.
Esto, dijo, porque era común que el diseño ocurriera a la par que la
producción, por lo que no había forma de que los creadores hubieran visto la
película y, tal vez, nunca la vieron. Aprendieron a trabajar con aspectos que
les proporcionaba el productor, como imágenes y rostros de las y los
protagonistas y antagonistas, stills y algunas ideas “es de vaqueros, debe
haber gente a caballo; hay un conflicto, debe haber pistolas”, para cumplir con
su función de servir a la publicidad del filme.
“El cine es un arte y hay una serie a estudiar, pero el trabajo de los cartelistas
es al margen; obviamente coadyuva en un contexto determinado para hacer
publicidad de la mercancía que son las películas”.
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Y agregó “son arte utilitario, es decir, aquello que tiene una función social y,
aunque no surge de las musas, como el arte que está en los museos, sí es la
creación artística de un trabajador”.
¿Se hizo escuela del cartel de cine mexicano?
Al hablar de la trascendencia de los afiches del cine mexicano, los
especialistas coincidieron en que es difícil hablar de una tendencia que se
separe las creaciones mexicanas de las de otros países. Hicieron un recuento
de algunos de los autores icónicos en territorio nacional, entre los que se
encuentran los españoles Joseph y Juanino Renau, así como José Espert,
artistas que llegaron a nuestro país durante el exilio y encontraron en el
cartelismo una forma de subsistencia, y de México como Juan Antonio Vargas
Briones, Antonio Caballero y Ernesto García Cabral, entre otros.
El sello inconfundible del mejor cartelismo cinematográfico nacional está en la
técnica, apunta el libro, el trazo mediante fotografías proyectadas y el uso del
aerógrafo y las plantillas. En tanto que la maestría se encuentra en
entrecruzar planos y volúmenes, lo que viene del cubismo que trajeron los
Renau, y que también se ve en el muralismo de Alfaro Siqueiros.
Sueños de papel. El cartel cinematográfico mexicano de la época de oro se
encuentra disponible al público en las librerías de la UAM.
JAM
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