El viaje llegó a su fin, el motor se ha apagado, el Camionero después de una corrida larga llena de aventuras, tragedias y de lucha por los derechos de su gremio, llegó a entregar su autobús al único patrón qué reconoció y que reconocemos, a Dios nuestro Señor
Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro.