La alcaldesa Clara Brugada agradeció al senador Gabriel García las gestiones para llevar la ancestral ceremonia a esa sede legislativa
Senadores de Morena impulsan punto de acuerdo para que este ritual sea parte del patrimonio intangible de la humanidad
Este miércoles y jueves se llevarán a cabo diversos foros relacionados con la tradición y cultura ancestral de los barrios de Iztapalapa
Acudiendo a la convocatoria del senador Gabriel García Hernández y con la presencia como invitada de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada Molina, grupos de tradición de la demarcación llevaron a la sede del Senado de la República la tradicional ceremonia del fuego nuevo, que suele realizarse en las inmediaciones del Cerro de la Estrella o Huizachtépetl; desde esta montaña, un grupo de danzantes y corredores ataviados con vestimentas precolombinas caminó hasta el Senado, donde se llevó a cabo el primer evento de una serie de actividades que tendrán lugar a fin de dar a conocer el significado de esta tradición para Iztapalapa.
“Sean recibidos con amor y respeto”, expresó el senador morenista Gabriel García luego de ser sahumado por los integrantes del grupo que caminó desde Iztapalapa, quienes le entregaron un obsequio representativo del fuego sagrado desde el Cerro de la Estrella. El legislador anunció un punto de acuerdo de los senadores para que se reivindiquen, protejan y promuevan en todos los rincones del país, en particular la ceremonia del fuego nuevo, para que sea parte del patrimonio intangible y cultural de la humanidad.
La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, reconoció al senador Gabriel García Hernández, del grupo parlamentario de Morena, por su apoyo para hacer que las tradiciones y el fuego nuevo lleguen al centro de la ciudad, “a un lugar muy importante, donde se toman las decisiones públicas más importantes del país”. De esta manera, al Senado llegó el fuego sagrado desde Iztapalapa, con toda su energía renovadora del mundo, conforme a la tradición. “Nos da mucho gusto que esta gran ceremonia ancestral, una de las más importantes del valle de México, llena de simbolismos, de identidad, de significados del México antiguo y del actual venga a este lugar».
“Apoyamos, por supuesto, las tradiciones, que el encendido del fuego nuevo sea una de las tradiciones que se mantengan porque ha resistido mucho tiempo, hace más de mil 300 años empezó esa tradición, en el cerro de la Estrella, el Huizachtépetl, y allí, todos los años, después de la conquista que suspendió esa tradición, se ha venido recuperando por los grupos culturales y los pueblos originarios.”
Clara Brugada reconoció a los portadores del fuego nuevo, guardianes y grupos de las tradiciones, “porque aquí se trata de que todos nos sintamos representados en esta gran tradición” iniciada en la cúspide del Cerro de la Estrella por teotihuacanos y chichimecas, para renovar la vida a través del fuego, una práctica que adquirió un gran prestigio cultural en toda la zona civilizatoria mesoamericana.
“Las descripciones, lo que conocemos y lo que creemos, nos indican que cada 52 años se cerraba un ciclo sagrado y ese era el momento de buscar el favor de las fuerzas de la naturaleza, para hacer posible una nueva era; el ritual del fuego nuevo significaba el renacer en todos los rincones del mundo conocidos por nuestros abuelos, desde las llamas sagradas en los templos hasta los fogones, hasta los tlecuiles que calentaban los hogares”, señaló.
Cada 52 años se apagaban los fuegos de las casas y de los recintos sagrados; al anochecer, los sacerdotes que portaban un atado de cañas, en símbolo de los años transcurridos, ascendían a la cima del Cerro de la Estrella con la finalidad de esperar el momento en el cual las pléyades llegaban al cenit, señal que indicaba al sacerdote principal el inicio del ritual donde se encendía el fuego, con lo que se reiniciaba la vida, desde Iztapalapa como centro de cada nueva era.
Sin embargo, “la caída de Tenochtitlan, y con ella la de Iztapalapa, impuso un nuevo conteo del tiempo y prescindió de este ritual, pero no pudo limitar la sacralidad del cerro, de sus cuevas, de su cima estratégicamente situada en el centro de la cuenca de México, no pudo limitar la resistencia de sus pueblos, de seguir recordando y encendiendo el fuego nuevo”.
Pero en el siglo XIX se dio nueva relevancia al Cerro de la Estrella con la representación de la muerte y pasión de Cristo: “sobre los vestigios arqueológicos de la pirámide teotihuacana tiene lugar hasta hoy la representación de la pasión de Cristo, un momento de comunión de los habitantes de los barrios de Iztapalapa”, destacó la alcaldesa.
La funcionaria agregó que “la literatura, el teatro, la poesía y el arte de México han hecho alusión a este ritual del fuego nuevo. Ser consciente de su importancia es vital para nosotros, ser conscientes de la importancia de esta tradición, es de lo más importante. Agradecemos que este ritual se traiga a estos lugares”.
Asimismo, Clara Brugada reiteró la búsqueda de convertir a la Semana Santa en patrimonio cultural intangible del país y de la humanidad, pues desde hace 10 años ya lo es de la Ciudad de México, una representación relacionada con la tradición del fuego nuevo.
Además de agradecer el apoyo del senador Gabriel García para llevar el fuego nuevo al Senado, la alcaldesa hizo un reconocimiento a quienes hicieron posible la ceremonia en este espacio legislativo, como corredores, los que portaron el fuego nuevo, danzantes, los que llevaron copal y cantaron.
La ceremonia de este martes dio inicio al conjunto de actividades que se llevan a cabo este miércoles y jueves en el Senado, que incluyen una muestra fotográfica, así como conversatorios relacionados con la tradición y cultura ancestral de los barrios de Iztapalapa.