«Geopolítica para Todos»
Yizbeleni Gallardo
En los últimos meses y en un hecho sin precedentes en actos homologados los bancos centrales de prácticamente todo el mundo han incrementado homogéneamente las tasas de interés. México es quién más ha incrementado intentando contrarrestar un efecto inflacionario y tiene hoy a 11% la tasa de interés. Esto pretende encarecer el dinero y reducir el flujo de efectivo que ha sido la principal herramienta voluntaria e involuntaria del gobierno de México y que le ha sostenido ante la crisis financiera interna e internacional. Por supuesto que esto también es una estrategia especulativa que busca ganar competitividad ante la crisis norteamericana frente a la búsqueda natural de inversión en economías emergentes como la mexicana.
El Banco Mundial, el principal tenedor de la deuda de economías pobres y emergentes, lanzó recientemente una alerta de insostenibilidad de la deuda con su institución en más del 60% de los países, alertando que este será uno de los principales motivos de la nueva gran crisis económica mundial. No sólo compromete la calificación que ellos mismos dan y que supedita a que otras instituciones bancarias y financieras otorguen créditos a las economías, sino que genera la necesidad de más deuda para pagar intereses de la deuda que no han podido cumplir. Ante esto han cambiado de instituciones emisoras de crédito, siendo hoy China la economía que más créditos otorga al mundo, el incremento de la tasa de interés le puede estar generando la ruptura de una nueva burbuja financiera donde el informe del Banco Mundial se puede leer más como una amenaza que como una advertencia.
La deuda pública está generalmente manchada de corrupción, es como muchos gobiernos en los 3 niveles logran no sólo subsanar su gasto público, sino también enriquecerse a través de contratos, ya que la mayoría de dichos préstamos van a proyectos de inversión que el Fondo Monetario Internacional en un negocio redondo, impone a los gobiernos, con el flujo etiquetado, además de una carga ideológica y sesgo político que supedita a dichas naciones a no tener crecimiento económico, es un círculo vicioso perfecto.
El Banco de Desarrollo BRICS
El Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS surgió formalmente en 2014 dentro del contexto de cambio estructural en el mundo donde se fincaban los cimientos de el nuevo orden mundial “multipolar” que sirve como transición a la hegemonía oriental china.
Pretende ser una alternativa de financiamiento al grupo de las BRICS al margen del Banco Mundial y sus créditos regionales. Ha contado con un capital inicial de 200 mil millones de dólares, es básicamente un sistema de puenteo de recursos mayoritariamente chinos a su proyecto de infraestructura de la “nueva ruta de la seda”. El objetivo principal es que dicho fondo sea aplicada a proyectos de infraestructura en municipios claves a los países miembros del banco. Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Uruguay y China son los países miembros y su cede central está en Shanghái.
La pertenencia de Uruguay es clave ya que en Montevideo se coordina el “Mercosur” y es uno de los principales socios comerciales de Rusia.
El retorno de Dilma
La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, juzgada y sentenciada por corrupción en el 2015, es la nueva directora del Banco de Desarrollo de las BRICS, es uno de los múltiples acuerdos alcanzados entre Lula y Biden el pasado 10 de febrero, y es así como estará en manos de Dilma la ejecución de más de 200 mil millones de dólares, tan solo se acaba de aprobar 50 mil MDD para aplicar en Brasil . Los fondos del banco incluyen parte del nuevo acuerdo económico de moneda única regional a aplicar este 2023 entre los países miembros del “Mercosur”. Y así el mundo se inserta en una nueva realidad política, económica y social.
Yizbeleni Gallardo.
Asesora, analista, estratega política.
Especialista en Geopolítica