El amor, aunque es un fenómeno complejo a nivel de la biología del cerebro, consta de tres componentes esenciales: atracción sexual, amor romántico y apego. En el proceso intervienen hormonas que alteran en cierto sentido el funcionamiento y provocan respuestas como el placer, la euforia, alegría, nervios, entre otras.
El sentimiento de atracción o enamoramiento es interpretado por el cerebro como una señal de estrés. La amígdala es el órgano cerebral que regula esta sensación. Sube el cortisol (hormona asociada al estrés), por ello los nervios, las mariposas en el estómago, la sudoración, la subida del ritmo cardíaco, palpitaciones y dilatación de pupilas, mientras que la glándula pituitaria regula la secreción de hormonas.
El estrógeno y la testosterona son las responsables de la atracción sexual. Y la dopamina regula la motivación, el placer en general y el deseo sexual. La noradrenalina es otra hormona asociada a la respuesta de estrés vinculada al impulso sexual. Quisiera detallar la magia que hace la dopamina, pues es la hormona encargada de que el amor sea como una adicción. Cuando se está en contacto con algo satisfactorio o que nos gusta, por ejemplo una canción o un sabor, se produce una secreción de dopamina, y el cerebro es fan de esa sensación, por lo que tiende a buscar el placer en cualquiera de sus formas. El amor es una descarga de alto grado de dopamina, cómo no hacerse adicto a ella. A su vez, la ruptura es como caer en la abstinencia. El cerebro ya no está recibiendo esa descarga de placer y por tanto responde enviando la sensación de dolor.
Las endorfinas son las llamadas “hormonas de la felicidad” y también están involucradas en el proceso del amor. Se ocupan de generar la sensación de bienestar y placer, y amortiguan la sensación de dolor. En el placer intervienen el núcleo accumbens, el área tegmental ventral y el núcleo caudado. Los dos primeros están asociados a la atención y motivación, mientras que el último integra las sensaciones corporales.
El apego se puede traducir como el deseo de estar con la otra persona, tener contacto, conexión, vínculo. Está asociada al confort físico, emocional y la sensación de seguridad, lo que motiva mantener una relación. Las hormonas principales en esta sección son la oxitocina y la vasopresina.