La Tremenda Corte

ASÍ LAS COSAS

Por Adolfo Prieto

Como en todos los sexenios, parece que los escándalos en los tres poderes de la nación están a la orden del día y no podía quedarse atrás la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien desde que empezó la actual administración no ha dejado de brindarnos especulaciones y escándalos.

A final de 2019, Eduardo Medina Mora renunció a su cargo de ministro por situaciones poco claras, aunque los antecedentes turbios que tenía el angelito estaban más claros que el agua, sobre todo la manera en que arribó a la Suprema Corte, debido a que el susodicho gozaba de una reputación manchada por la corrupción y representaba a la vieja guardia y un gran obstáculo para el actual presidente; en pocas palabra era y sigue siendo demasiado impopular, a tal grado que en su momento tuvo que mostrar sus cuentas bancarias, de nada le sirvieron sus alegatos y su lugar fue ocupado por Juan Luis González Alcántara Carrancá.

En todo este tiempo los enfrentamientos entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial han sido noticia por los berrinches y caprichos del primero y la tibieza para responder y actuar del segundo.

El 9 de octubre de 2021 el ministro Javier Laynez Potisek protagonizó un escándalo en Coahuila al ser detenido por conducir en estado de ebriedad, aunque horas después fue puesto en «libertad supervisada». El Código Penal de Coahuila establece en su artículo 286 que se aplicará prisión de tres hasta treinta días y una multa, a quien maneje un vehículo en estado de ebriedad. Lo bueno de ser ministro es poderse pasar la ley por el arco del triunfo. 

Todo lo anterior quedó de lado cuando el escritor Guillermo Sheridan denunció a la ministra Yasmín Esquivel Mossa (im)puesta por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acusándola de haber plagiado la tesis que presentó en 1987 para obtener la licenciatura en Derecho en la entonces ENEP Aragón de la UNAM y la comparó con otra tesis presentada un año antes por Edgar Ulises Báez Gutiérrez, en la Facultad de Derecho de la misma universidad, encontrando varias similitudes.

Si lo anterior no fuera suficiente, Mossa fue ventilada por el periódico El País quien la señaló de haberse “fusilado”, ahora, su tesis de doctorado, grado que consiguió en 2009 por la Universidad Anáhuac, con un trabajo de titulación en el que plagió 209 de las 456 páginas. No sabrá escribir una tesis, pero eso sí, quería ser presidenta de la SCJN, lo cual no se le hizo. Yasmín resultó mala moza: tres “strikes” y como no podemos salir conque la ley es la ley, pese a que fue ponchada, sin respetar las reglas López Obrador entró como bateador emergente y sin el menor reparo trató de minimizar tan vergonzantes actos para concluir que todo eso era peccata minuta. Los escándalos en México son momentáneos y recurren siempre a la mala memoria del mexicano para desvanecerse.

Los ministros no se están quietos y por ello Arturo Zaldívar Lelo de Larrea cuando fue presidente de la SCJN intentó, a petición de ya saben quién (aunque nunca lo quiso reconocer), prolongar su gestión hasta 2024; sin embargo, sus mismos compañeritos declararon inconstitucional la ampliación de su mandato, lo que arreció nuevamente los ataques del primer mandatario contra la Corte. Lelo se quedó con las ganas y durante los siguientes meses cabildeó con la actual administración que le marcó línea y le divisó su futuro inmediato el cual consistió en renunciar a su cargo como ministro y argumentar que por el bien de la nación su destino es apoyar a Claudia Sheinbaum Pardo.

¿Y qué dijo? ¿Ya me fui y todos contentos? ¡No!  Porque vendría fuego “amigo” precisamente de la ministra Loretta Ortiz Ahlf, quien, en la pasada Feria Internacional del Libro en Guadalajara, afirmó que el hoy ministro en retiro dejó 170 asuntos pendientes a resolver en la Primera Sala de la SCJN.

Zaldívar no se quedó con los brazos cruzados y tachó de incorrectas las afirmaciones de Loretta, al señalar que sólo dejó 29 asuntos con proyecto, siete listos para ser discutidos el pasado 22 de noviembre justo cuando entró la ministra Ortiz a la Primera Sala. Se victimizó aduciendo que fue el ministro de la Primera Sala al que más asuntos le asignaron este año: “De la totalidad de asuntos de la 1a Sala, a mi ponencia le fueron turnados más de una cuarta parte de los asuntos de la Sala, esto es 411 asuntos; 102 asuntos más que al ministro que me sigue en número de casos turnados”. Después de esto vino el revire y acusó a Ortiz de dejar pendientes 14 expedientes más, en la Segunda Sala, de los que él dejó en su ponencia. Y para no sembrar ninguna duda remató: “Por tanto, afirmo categóricamente que concluí mi encargo como ministro con la satisfacción del deber cumplido y con la convicción de continuar en la lucha por un país más justo y más igualitario”.

Para seguir haciéndole el “caldo gordo” a la SCJN, AMLO promulgó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un decreto para eliminar 13 de los 14 fideicomisos del Poder Judicial de la Federación (PJF), consistentes en aproximadamente 15,000 millones de pesos, y entre los dimes y diretes tanto el primer mandatario como la presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña Hernández, se enfrascaron en una batalla mediática en la que se afirmó “que entre ellos no hay nada personal”, pero la segunda enfatizó que se debe respetar la división de poderes, su autonomía. Lejos de solucionarse el conflicto, se agudizó cuando Piña aceptó la propuesta de López Obrador para que los fideicomisos del PJF se entregaran a Acapulco. ¿No se enteró la ministra que 761 trabajadores y personal jubilado del Poder Judicial de la Federación (PJF) ya habían presentado el primer amparo colectivo contra las reformas que autorizan la desaparición de dichos fideicomisos?

¿En manos de quién está la justicia, la presidencia y la legislación en México? Los responsables sólo jalan agua para su molino. La justicia misteriosamente se movilizó para aceptar el amparo colectivo, cuando millones de mexicanos están a la espera de que se destraben sus asuntos legales y a los que siempre se les dice que hay exceso de trabajo y falta de personal, por lo que no es humanamente posible resolverlos con prontitud. La justicia no es ciega, tiene una vista de lince y parece que se fija en la conveniencia de unos poquitos. Solo me resta esperar en qué nuevos escándalos se meterá la tremenda corte.

Hasta la próxima.

adolfoprietovec@hotmail.com    

 

 

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