Poder Ciudadano
Juan Carlos Flores Aquino
En un país acostumbrado a la fabricación de delitos, a la revictimización permanente, a la impunidad del 95%, a la corrupción, discriminador, homofóbico, ¿quién se va a tragar el cuento del “crimen pasional” o del suicidio?
Esto es lo que escribí en las redes sociales cuando me enteré de la muerte de Jesús Ociel Baena Saucedo, y reafirmé al observar la prontitud con lo que la Fiscalía de Aguascalientes, mágica y convenientemente, determinó que se trataba del mentado “crimen pasional”.
Ni tarde ni perezoso, como casi nunca pasa, se filtraron las imágenes de las víctimas, con fotos infames, que muestran la ruindad de quienes desde la Fiscalía de Aguascalientes, buscan a como dé lugar, le den carpetazo pronto al caso del Magistrade.
Inmediatamente vinieron a mi cabeza tres casos recientes, feminicidios también envueltos del despreciable actuar de Fiscalías locales: Debanhi Escobar, en Nuevo León; Ariadna Fernanda, con la Fiscalía de Morelos, y más recientemente Montserrat Juárez, en la Ciudad de México.
Con Debanhi cuántas veces la Fiscalía cambió las versiones de su muerte, con que mezquindad trataron al padre, familiares y amigos, pero no solo eso, siendo autocrítico, cual fue el papel de los medios de comunicación: recuerdo a la comunicadora Azucena Uresti convirtiéndose en mercenaria periodista por alcanzar la nota, evidenciada por el papá de la víctima.
Con Ariadna, la Fiscalía de la Ciudad de México por fin hizo su chamba, pero no porque fuera su responsabilidad, sino nada más para encontrar el pretexto perfecto de cumplir con el encargo de Cuauhtémoc Blanco para destituir al Fiscal de Morelos, quien nada más ¡encubrió el feminicidio! Pura revancha política, dejando en segundo término al artero crimen. Par de impresentables.
Y con Montserrat, de no ser por los vecinos, este feminicidio sería uno más de los miles que quedan en la impunidad, pero imagínese usted, a la víctima, ¡los mismos policías de la Fiscalía la sacaron de la casa donde había sido asesinada brutalmente! Esto dejando a un lado que Montse contaba con una ficha de persona desaparecida, que fue también como sus padres lograron dar con ella, ya muerta.
Así, sí recorres todos los estados de la República, y los ministerios públicos de la Ciudad de México, lo normal siempre –trágicamente– es encontrarse con estas historias de terror, que el sistema niega como si fueran invenciones o ataque de la derecha, o de la izquierda o del centro o del arcoíris.
Pero vayamos con la Fiscalía de Aguascalientes. Cito a la periodista Mónica Cerbón: “No es la primera vez que la Fiscalía de Aguascalientes adelanta conclusiones, utiliza prejuicios, y pasa sobre las familias de las víctimas para dar carpetazo a investigaciones que golpean al estado en su línea de flotación: la seguridad”.
Dos ejemplos: el feminicidio de Cynthia Nataly, en enero del 2023, donde el mismo día quisieron encubrirlo como suicidio; tan infame fue su actuar que le ocasionó un infarto al padre de la víctima.
La muerte de Montserrat de 5 años, en el 2020, donde nuevamente al día siguiente de encontrarla muerta se apresuraron a decir que fue un “accidente”, cuando el entorno de la niña era de violencia familiar.
Y varios, muchos casos así…
Autor: Juan Carlos Flores Aquino
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