Juan Pardinas, ex director del Reforma, quien es el encargado del desarrollo discursivo de la campaña, sería un agente doble.
ESPECIAL
Morena acaba de hacer su triunfo prácticamente inamovible. Ha trascendido que la dirigencia morenista, logró lo impensable: infiltrar el bunker de Xóchitl Gálvez con Juan Pardinas, y es por eso que no da una en su discurso.
Cooptado desde Palacio Nacional por la inteligencia militar, gracias a secretos y billetazos, Juan Pardinas estaría saboteando desde la cúpula, la complicada campaña presidencial del Frente Amplio.
Doblegado por secretos sucios, del grado de escándalos sexuales, Pardinas estaría intencionalmente mal dirigiendo la comunicación de la candidata de oposición.
Al más puro estilo del viejo CISEN, el CNI, habría logrado penetrar hasta el mayor circulo de confianza de la candidata, para lograr destruir de raíz el fenómeno que puso a temblar a más de uno en el gobierno federal.
Pardinas es el actual encargado del desarrollo de discurso de Gálvez, sin embargo, las contradicciones y puntos estratégicos, estarían mal colocados de forma intencionada. Sus mensajes complejos, poco legibles y propuestas tan desastrosas como la privatización de PEMEX y el cierre de las refinerías, serían una de las huellas que enmarcan el desastre que Pardinas está horneando desde la cocina del Club de Empresarios de la Ciudad de México.
¿Será la soberbia de las dirigencias del Frente la causa de esta ceguera, o es simplemente una profunda ignorancia de las capacidades de los generales cuatroteistas que se niegan a dejar el poder?
