Por un 2024 sin extorsiones ni desaparecidos.

Juan Carlos Flores Aquino

Poder Ciudadano

Juan Carlos Flores Aquino

Normalmente en estas fechas hacemos una reflexión de cómo nos fue en el
año que está por concluir, el recuento de los daños, le dicen. Para los
optimistas, preferimos pensar que es lo que podemos hacer para que el
siguiente año sea mucho mejor.
La mayor coincidencia como país, es la inseguridad que seguimos sufriendo
en nuestro querido México. Por más esfuerzos, estrategias, reuniones diarias
de madrugada, planes, mejoras, y todos los etcétera que quiera agregarle, en
muchas zonas del país, estamos igual, o quizás peor (por la expectativa que
generó el gobierno de AMLO) que en aquel fatídico sexenio de Calderón.
Más allá de las cifras, del escándalo en que si se modificaron o no los números
de desaparecidos, sigue el sufrimiento de miles de familias por no encontrar
ya no digamos vivos, sino los restos de sus familiares, por lo menos para
rezarles alguna oración.
Pero, el flagelo más cobarde, es la forma en que somos testigos diariamente,
de las extorsiones que sufren nuestros productores, comerciantes, pequeños
empresarios, familias, que luchan todos los días por llevar el alimento a su
casa, y que de un momento a otro, lleguen un grupo de criminales para
robarles el pan de cada día.
Lo peor, es la facilidad con que llegan estos holgazanes con armas de grueso
calibre, y en fracción de segundos, despojan al pequeño productor, de su
semana de trabajo. O no digamos más, que ahora resulte, que para poder
trabajar, haya que pedirles permiso y pagar su cuota respectiva, a estos
parásitos armados.
La extorsión ha crecido y se expande ya no solo en las ciudades sino en las
comunidades rurales, y lo más cruel, que hasta los que perciben menos
ingresos o están en la franja de pobreza, tienen que entrarle para seguir
financiando el perverso negocio del crimen organizado.
El 2024 que viene, sin duda tiene una fecha muy relevante que todos los
mexicanos debamos tener en cuenta, para no permitir que siga aumentando la

delincuencia. Ese día es el domingo 2 de junio del 2024, donde podemos usar
el arma más poderosa en la democracia: el voto.
El Poder Ciudadano debe hacerse presente en las campañas presidenciales,
para exigirle a candidatas y partidos, de qué forma enfrentarán al crimen
organizado, y como lograremos por fin, que se acabe la extorsión y las
ejecuciones, que han aumentado significativamente en los últimos 20 años.
Si bien es cierto, que hay otros delitos como el secuestro, que según las cifras
oficiales ha disminuido, eso no es suficiente para dejar de exigirle a nuestros
gobernantes que merecemos vivir con tranquilidad.
Particularmente estoy harto de la polarización política estéril: me parece que
esa inconformidad debería canalizarse a resolver los grandes pendientes de la
Nación. Los debates no deben darse si alguna candidata pronuncia bien la s, o
si la otra candidata usa una Virgen de Guadalupe en la falda.
El debate central, debe darse en qué forma, real, evitarán que siga
empoderándose el crimen organizado. No podemos darnos el lujo de dejar
pasar otros 6 años, donde miles de familias sufran el suplicio de un familiar
desaparecido o de una extorsión o robo.
Por lo pronto, les deseo un exitoso 2024, y que sea el mejor para todas y
todos, ¡salud!

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