¿Qué tiene que pasar para que cambie la política?

Juan Carlos Flores Aquino

PODER CIUDADANO

Juan Carlos Flores Aquino

Vaya discurso que dio esta semana el Senador por la Ciudad de México, Emilio Álvarez Icaza, después de la tragedia en la que hasta hoy han muerto 39 migrantes, la mayoría centroamericanos, en Ciudad Juárez.

A diferencia del miserable oportunismo político de alguna de sus compañeras (me refiero a Lily Téllez, que le debemos a AMLO haberla hecho Senadora) Álvarez Icaza habla con conocimiento de causa, ya que gran parte de su vida se ha dedicado a la defensa de los Derechos Humanos, y recientemente ha visitado desde Tijuana hasta Tapachula, documentando las condiciones infrahumanas de migrantes haitianos, venezolanos, guatemaltecos, nicaragüenses, entre otros.

¡Esto es un crimen de estado, carajo! Exclamó con coraje e indignación, en esta desgracia que algunos ya ven como un genocidio, igual que sucedió con la masacre de San Fernando en épocas de Calderón.

“La propia Amnistía Internacional, considera que en México prevalecen políticas inhumanas, que sistemáticamente violan derechos humanos, tratando a los migrantes como criminales”, denunció en tribuna.

Y nuevamente la incongruencia en esta autodenominada 4T, que se dice un gobierno “humanista”, actuando contrariamente, con el trato cruel que le da el gobierno a quienes por necesidad tienen que cruzar por nuestro país, intentando llegar a los Estados Unidos.

Lo fatal es que no es la primera vez que sucede una fatalidad de este nivel. Quizás por ello levantó la voz Álvarez Icaza preguntando ¿qué carajos tiene que pasar? Porque estas desgracias se han multiplicado y pueden, desafortunadamente, seguir creciendo.

Tan sólo hay que recordar el año pasado, el hallazgo de un camión abandonado en San Antonio Texas, con 51 migrantes muertos, la mayoría mexicanos, y cuya desgracia nos pasó de noche o vimos muy lejos, o de plano ya olvidamos.

Pero no para ahí. El 9 de diciembre del 2021, hace menos de dos años, el criminal accidente de un tráiler que transportaba 166 migrantes hacinados, que se estrelló cerca de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde perdieron la vida 55 migrantes y 105 heridos.

En estas tres catástrofes sucedidas en menos de dos años, han muerto niños, mujeres y hombres, dejando en el infortunio a cientos de familias que sufren la tragedia de haber perdido una mamá, un padre, un hijo, una hermana, un nieto. Aquí no hay nacionalidades, por igual sufren mexicanos, haitianos, nicaragüenses, venezolanos, salvadoreños o guatemaltecos.

Pero tampoco hay que ir muy lejos. Aquí, en la Ciudad de México, los vecinos de la colonia Juárez han denunciado sistemáticamente el campamento de migrantes haitianos que acampan en la plaza Giordano Bruno, muy cerca de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, ubicada en la calle de Versalles.

La única autoridad que ha volteado a verlos es Sandra Cuevas, Alcaldesa de Cuauhtémoc, que ayer hizo el anuncio que el día 20 de abril operará la casa del migrante de la Alcaldía Cuauhtémoc, ubicada en la calle Roma, colonia Juárez. Ojalá el Gobierno de la Ciudad siga su ejemplo, y coordinen esfuerzos para atender esta realidad, que supera a cualquier gobierno.

No son delincuentes, solo personas que buscan una mejor vida.

Twitter: @floresaquino

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