Del atentado al espionaje en la Cuauhtémoc

Olvidándose que ya acabó la campaña y que ya Morena le dio su premio, parece que AleSsandra no sabe ganar.

Resulta que como si no tuviera nada que atender en la Alcaldía con el mayor número de baches en la Ciudad de México, salió al tercer día AleSandra con que la andan espiando.

Y como le encantan los videos, los likeds y los retuits, armó otro monta… ¡perdón! otra denuncia, para decir que tenía algo muy importante que contarnos.

E igualito que con el autoaten… ¡perdón! Con el atentado a la camioneta gris, ahora salió con celular en mano, a decirnos que descubrió dos aparatos de espionaje en la oficina que le heredó Sandrita Cuevas.

Los que la conocen dicen que no duró ni tres días su promesa de comportarse y que ya le salió su verdadero yo, y que apenas empieza su campaña: no tarda en confrontarse con vecinos, líderes, sus propios partidos aliados y al final el recurso infaltable de victimizarse frente al poder.

Por lo pronto, nos quedó la duda de ¿qué pasó con el famoso atentado? Porque lo que se siempre se quedó en el imaginario colectivo, es que se trató de un montaje al estilo Murat o García Luna, o sea, un auto atentado.

¿Pues qué habrá negociado la instagramera?

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