Lo importante no es ganar, sino competir

Adolfo Prieto

ASÍ LAS COSAS

Por Adolfo Prieto

Infinidad de veces hemos leído y escuchado la frase que da título a este texto, resulta muy
certera, pero incómoda y desastrosa para quien sea el perdedor si no la ve como
consuelo. La frase se le atribuye al barón Pierre de Coubertin, gran impulsor de los Juegos
Olímpicos modernos: “Lo importante no es ganar, sino competir”.

Lo anterior le queda como anillo al dedo a Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial
del partido Movimiento Ciudadano (MC), que sabiendo que no tenía ninguna posibilidad
de ganar pensó (aunque lo dudo) que lo importante era competir, aunque con ello le
restaría votos a la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez Ruiz.

La frase puede interpretarse como un enfoque positivo hacia la participación y el esfuerzo
personal en una actividad, resaltando los valores de camaradería, superación y
aprendizaje que resultan de la competición, pues es una manera de valorar el proceso por
encima del resultado final, fomentando el desarrollo personal y el trabajo en equipo,
aunque en el caso que me compete, el susodicho sabía, y lo sabía muy bien, que no tenía
ninguna posibilidad de ganar y lejos de que su participación fuera vista como una
competición, lo retrató como un cínico esquirol cuyo principal objetivo era frenar a la
candidata de la oposición, lo cual también se manifestó en los tres debates que
sostuvieron los candidatos y en donde Máynez atacó con descarado cinismo a Gálvez.

Con su papel de candidato presidencial de MC, Máynez contribuyó a desvirtuar la
naturaleza misma de la competición sin importarle que durante toda su campaña y hasta
el momento de la votación se le minimizara o se le descartara de facto. En muchos
contextos, en este caso el político, el objetivo principal es ganar. ¿Qué político, que se

jacte de serlo, se conformaría con sólo competir, sabiendo que la competencia puede ser
una motivación poderosa para alcanzar la silla presidencial? Al enfatizar que "lo
importante no es ganar", se corre el riesgo de minimizar la excelencia y el logro ya que puede interpretarse de varias maneras, pero una de ella podría ser como una excusa para conformarse con la mediocridad o para justificar la falta de esfuerzo en la búsqueda del éxito. En ciertos casos, puede llevar a una mentalidad de conformismo, donde se
desatienden los objetivos ambiciosos en favor de simplemente "participar" para obtener una posición privilegiada al fungir como esquirol y servir a los intereses del gobierno en turno con la promesa de vaya usted a saber qué cosas.

Aunque la frase promueve valores positivos como la participación activa y el crecimiento
personal, también puede desviar la atención del objetivo principal de la competición y
crear una endeble cortina de humo que confunda a los electores. Se debe equilibrar el
valor de la competencia con el reconocimiento de que el esfuerzo y el aprendizaje son
fundamentales, pero sin perder de vista la importancia del logro y la victoria.

Participar en una competición, ya sea política o cualquier otra, con el único propósito de
restar votos a un candidato específico es una estrategia discutible desde una perspectiva
ética y democrática. Esta táctica, conocida como "candidatura testimonial" o "candidatura de colecta de votos", puede ser considerada deshonesta y manipuladora pues no intenta representar genuinamente los intereses de los votantes, sino influir en el resultado de la elección de manera indirecta.

Esta estrategia perjudica al proceso democrático al distorsionar la voluntad del electorado
y socavar la legitimidad de la competición; además, puede generar desconfianza en el
sistema político y en los candidatos.

Los candidatos deben postularse con la intención genuina de ganar, y con el triunfo
representar los intereses de sus electores y contribuir de manera constructiva al debate
democrático.

Es importante que los candidatos actúen con integridad y respeto hacia el proceso
electoral y hacia los votantes, y lo que menos tuvo en mente Máynez es ganar, solo
repetirnos hasta el cansancio, mediante un spot odioso y una cínica sonrisa, “Presidente
Máynez, Máynez Máynez”.

Hasta la próxima.

adolfoprietovec@hotmail.com

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