Sí, así como lo está leyendo, este partido que según lucha contra la corrupción y que combatió fraudes del PRI y del PAN en muchas elecciones, ahora, tienen que cuidarse y amarrarse las manos unos a otros, para evitar hacerse fraude entre ellos mismos.

Desde ahora, grupos identificados con Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, al igual que miles de militantes de Morena (fundadores y no fundadores) impugnan ya, y elaboran machotes de derechos de militantes, por haber sido deliberadamente anulados de las listas que se votarán.

El señalamiento principal de muchos morenistas, es el uso ilícito de recursos públicos y privados -algunos aseguran provenientes del crimen organizado-, para agandallarse los cargos clave, empoderando a líderes de tribus, tipo René Bejarano, Clara Brugada o Nacho Mier.

Y lo que se anticipa será un planchón tamaño monumental, es en aquellos estados donde los Gobernadores en funciones y electos (no solo de Morena sino de sus aliados) se servirán con la cuchara grande, para dejar en el partido a sus propias huestes y mapaches, digo, “operadores”.

En sentido contrario a lo que dijo AMLO, de que Morena NO es el nuevo PRI, lo que harán este fin de semana en los hechos, es erigir el nuevo Partido de Estado, con el aval del Presidente de la República.

No mentir, no robar, no traicionar, se quedó en el discurso del partido en el poder, y por si faltara otra paradoja, todo este escándalo antidemocrático dentro de Morena, se da al mismo tiempo de que López Obrador, le pidió a sus corcholatas, difundir su propuesta de Reforma Electoral ¡si ni sus elecciones pueden organizar!

Pronóstico: tal escándalo desgastará inevitablemente a Mario Delgado y Citlalli Hernández, y por ende, a su corcholata favorita, la Jefa de Gobierno… se les puede revertir por avorazados ¡no se vayan a empachar!