ASÍ LAS COSAS
Por Adolfo Prieto
La tecnología, en especial la digital, es una parte esencial de nuestra vida
cotidiana, aunque muchos aún se resisten a aceptarla o, en el peor de los casos, a
utilizarla. Desde el empleo de redes sociales hasta la realización de trámites
bancarios en línea, las herramientas digitales facilitan numerosas tareas; sin
embargo, para los adultos mayores, el vertiginoso avance tecnológico puede
presentar una serie de desafíos y dificultades.
Esto se debe principalmente a lo que se denomina brecha generacional, uno de
los factores más significativos que afecta a muchos de los adultos mayores en su
interacción con las nuevas tecnologías. Infinidad de personas que vivieron en una
época sin tecnología digital y nunca imaginaron que surgiría algo semejante. Así,
la adaptación a los dispositivos modernos y a las aplicaciones puede resultar no
solo abrumadora sino también desafiante para quienes no tienen una base sólida
en tecnología.
A diferencia de las generaciones actuales, que crecieron inmersas en el mundo
digital, los adultos mayores no tuvieron la misma oportunidad de familiarizarse con
los dispositivos electrónicos, lo que, se quiera o no, les dificulta comprender
conceptos básicos como navegar en la web, enviar correos electrónicos, anexar
un archivo, formatear un dispositivo, descomprimir un archivo o utilizar
aplicaciones de mensajería, entre otras muchas acciones. La falta de experiencia
también contribuye a una sensación de inseguridad que puede llevar a rechazar
estas herramientas con un simple “no le entiendo”.
La mayoría de las tecnologías actuales están diseñadas con un enfoque en los
usuarios más jóvenes, lo que a menudo resulta en interfaces complicadas o poco
intuitivas para los adultos mayores. En un entorno donde la información se
actualiza constantemente, lo que aprendemos puede volverse obsoleto casi de
inmediato, generando una experiencia digital frustrante. La actualización parece
ser una constante, y el enfoque en la tecnología para niños y jóvenes a menudo
deja de lado las necesidades de la tercera edad.
Con el avance de las nuevas tecnologías, la seguridad y la privacidad se han
convertido en preocupaciones crecientes. Los adultos mayores, debido a su falta
de familiaridad con estas herramientas, son más vulnerables a fraudes y estafas
en línea. La complejidad de las configuraciones de privacidad y las amenazas
cibernéticas pueden generar desconfianza y ansiedad, llevando a muchos a evitar
tecnologías que consideran inseguras.
A pesar de estos problemas, existen estrategias para apoyar a los adultos
mayores en la superación de la brecha digital. Programas de alfabetización digital
diseñados específicamente para esta población pueden ser muy útiles. Además,
los desarrolladores deben mejorar la usabilidad creando interfaces más accesibles
y fáciles de usar, aumentando el tamaño del texto y simplificando las funciones.
La colaboración comunitaria y la disponibilidad de voluntarios son cruciales para
ofrecer asistencia técnica y educación a los adultos mayores, ayudándolos a
navegar por el mundo digital y a protegerse de los riesgos en línea.
Es innegable que las nuevas tecnologías ofrecen numerosos beneficios, pero los
adultos mayores enfrentan retos que no deben pasarse por alto. Es esencial
abordar estos desafíos para asegurar una inclusión digital efectiva. A medida que
la tecnología avanza, es fundamental desarrollar soluciones y estrategias que
permitan a todos, sin importar su edad, aprovechar al máximo las oportunidades
que ofrece el mundo digital.
¡Hasta la próxima!