El Hijo del Camionero
“Una economía que se mueve por inercia”
Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro
Presidente de la Junta de Enlace Ciudadano, para el
Análisis de Temas Económicos y Sociales de México y Nezahualcóyotl
@MRODOLFO_CID
Se continua con el análisis económico financiero de diversos temas que ocupan la agenda nacional, tal como se han venido consolidando, con el objeto de generar conciencia del impacto inmediato que estos tienen en nuestra vida y su tendencia de futuro; por eso se procede a revisar los datos de cierre del gobierno federal del periodo 2018-2024 y su correlación con los criterios generales de política económica para el ejercicio fiscal del año 2025; estos son los datos:
Respecto al sector externo, México mantiene su tendencia histórica, con respecto a Estados Unidos, al que se remiten el 80% de las exportaciones, y para ello las importaciones desde México, solo representan el 16% de su consumo, por lo que no resulta solida la relación aunque sea superavitaria; dicho comercio llevó a que el PIB, creciera 1% trimestral, porcentaje lejano al 3% establecido en los Criterios Generales de Política Económica, lo que en primera instancia, no hace posible vislumbrar sostener el nivel de gasto para el año 2025. Las actividades primarias registraron un crecimiento del 6.40%, mientras que las secundarias y terciarias lo hicieron en 0.1 y 0.5% respectivamente en el trimestre; dato relevante al ya considerarse México como un país industrializado, que indudablemente sigue dependiendo de la producción de materias primas.
Respecto al empleo, la población sub ocupada creció, en promedio, en 585 mil personas, mientras que la población económicamente inactiva disminuyó en 179 mil personas; respecto a la información registrada en el IMSS, el número de trabajadores afiliados aumentó en 456 mil personas. Los puestos permanentes se incrementaron en 459 mil, mientras que los eventuales disminuyeron en tres mil; no obstante la economía informal ocupa a más del 50% de la fuerza laboral, lo que tampoco resulta consistente respecto a los Criterios Generales de Política Económica.
La balanza comercial registró un déficit de mil 965 millones de dólares, mientras que la balanza petrolera aumentó su saldo deficitario a 2 mil 912 millones de dólares, debido a que el precio del petróleo crudo exportado es menor al de los refinados que se importan, por lo que resulta imposible bajo este esquema, pensar en una reducción del precio de los combustibles.
La balanza de pagos, tuvo un saldo positivo en cuenta corriente de 5 mil 659 millones de dólares, lo que a su vez contrasta contra el déficit de un billón 81 mil millones de pesos del Balance Presupuestario del Sector Publico, simplemente México gasta más de lo que ele ingresa; dicho déficit se mitigó con saldos positivos de IMSS, ISSSTE, CFE y PEMEX; por lo que cabe hacer la critica que ante los recortes presupuestales sufridos en 2024 y menores presupuestos para 2025 ¿Cómo es posible, que hayan logrado saldos positivos en su operación?
El gasto de inversión del sector público, saldó con un déficit de 68 mil millones de pesos, mientras que el balance presupuestario primario del Sector Público, resultante de la diferencia entre los ingresos totales y los gastos asociados al costo financiero, registró un déficit de 250 mil millones de pesos, el que se compara muy desfavorablemente con el superávit registrado el año anterior de 91 mil millones de pesos.
Los requerimientos financieros del sector público, registraron un déficit de 1 billón 272 mil millones de pesos, lo que para efectos prácticos es el incremento neto de la deuda publica en 2024, monto muy parecido al presupuestado para financiar la gama de programas sociales no contributivos, lo que significa un endeudamiento interno de 885.2 mil millones de pesos y un endeudamiento externo de 195.7 mil millones de pesos.
Los ingresos tributarios sumaron 5 Billones 696 mil millones de pesos, donde la recaudación del ISR sumó 2 Billones 56 mil millones de pesos y el IVA sumó un billón 59 mil millones de pesos; mientras que los ingresos petroleros del Sector Público se ubicaron en 775 mil millones de pesos, es decir, PEMEX sigue aportando al erario, lo que explica por qué el gobierno federal, mantiene el apoyo fiscal a la empresa, lo que resulta ante la falta de talento, más fácil que rediseñar la empresa. Los ingresos del IMSS y de CFE, mismos que no se presentan desagregados por entidad, ascendieron a 380 mil millones de pesos.
El gasto neto programado al cierre del gobierno, se ubicó en 6 billones 705 mil millones de pesos; las erogaciones de las Empresas del Estado y de la Administración Pública Centralizada fueron mayores en 77 mil millones de pesos y 56 mil millones de pesos, respectivamente: mientras que de los organismos bajo control presupuestario directo, fueron menores en 19 mil millones de pesos, lo que significa un gasto menor en salud, por ejemplo.
Las cifras proyectadas para el cierre presupuestal del 2024, indudablemente, llevan a revisar las metas de la planeación presupuestal para el año 2025; no obstante se mantienen las variables establecidas en los criterios generales de política económica, siendo los siguientes:
1.- Las proyecciones de finanzas públicas, se mantiene el valor previsto anual del 2.6%
2.- El tipo de cambio promedio utilizado para las estimaciones de finanzas públicas es de 17.6 pesos por dólar, dato que no es viable, ante el actual entorno de volatilidad económica.
3.- Se prevé una inflación al cierre del año de 5.8% en línea con lo estimado en el Paquete Económico 2024, por lo que el control de esta no es cercano y tampoco resulta imputable al alza salarial.
4.- El precio promedio anual de la mezcla mexicana de petróleo, se estimó en 71.50 dólares por barril, dato que puede verse favorecido con la crisis política militar de medio oriente. La plataforma de producción de petróleo se prevé en un millón 852 mil barriles diarios, lo que tampoco parece viable ante los niveles de producción actual.
5.- Los requerimientos financieros del sector público alcanzarán el 5.90% del PIB, el monto históricamente más alto.
Al cierre del gobierno, el saldo de la deuda interna asedio a 12 Billones 157 mil 822.9 millones de pesos; mientras que el saldo de la deuda externa fue de 125 mil 755.2 millones de dólares, y para servirla, se utilizaron mil 46.5 millones de dólares.
El costo por erogaciones realizado para amortizar deuda interna, fue de 656 mil 555.6 millones de pesos y por un monto de 10 mil 750.2 millones de dólares para cubrir el pago por concepto de intereses, comisiones y gastos asociados a la deuda pública externa.
Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros Del Sector Público al cierre del gobierno, se ubicaron en 16 billones 752 mil 790.2 millones de pesos, donde el componente interno fue de 12 billones 450 mil 206.8 millones de pesos y el componente externo fue de 218 mil 176.5 millones de dólares. El endeudamiento ejercido en 2024, cerrara en un billón 990 mil millones de pesos y un techo de endeudamiento externo neto de ocho mil millones de dólares.
Esquemas como el de las Pidiregas, tan criticadas por el gobierno saliente, cuando era oposición, son instrumentos recurrentes en el manejo actual de las finanzas públicas, mientras que la deuda neta del IPAB, alcanzó los 995 mil 657.0 millones de pesos, es decir menos de una dieciseisava parte del endeudamiento total, siendo mayor el costo financiero de la cancelación del NAIM sumado con el de las obras insignia del gobierno saliente. Al cierre del gobierno, el saldo de los activos totales del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, ascendió a 194 mil 458 millones de pesos.
El IPAB por sí mismo, amortizó104 mil 186 millones de pesos, de los cuales 76 mil 500.0 millones de pesos corresponden a la amortización de Bonos; 27 mil 604.0 millones de pesos al pago de intereses de dichos Bonos; 81.0 millones de pesos a pagos relacionados con gastos de administración del Instituto y 0.2 millones de pesos relacionaos a procesos de resolución.
Los datos expresan claramente un crecimiento económico insuficiente respecto a las metas de gasto, tanto de este año como el del próximo, un endeudamiento excesivo, cuyo fin último, es financiar los programas sociales, los que a fin de cuentas, independientemente de su componente político, buscan que estos estimulen el gasto privado y detonen el crecimiento económico a través del consumo, ante la falta de empleo de calidad, así mismo, el déficit en el gasto de inversión, se explica bajo el esquema de que el gasto del gobierno, también se utiliza para impulsar el consumo personal e industrial, pero su consolidación, se subordina a que los proyectos de inversión, aporten al crecimiento económico.
En este marco las expectativas económicas respecto a la planeación económica financiera para el año próximo, en función de los datos generados por el término del gobierno anterior, son definitivamente esperar para el 2025, una contracción del PIB, debido a que tendrá que destinarse una cantidad insigne de recursos para financiar el déficit presupuestal, lo que implicaría una tasa entre -1 a 1%, lejana al 3% establecido en los Criterios Generales de Política Económica, ya que lo que se busca es reducir el déficit mencionado del 6 al 3.9%.
Dado la situación externa, la inflación permanecerá alta; la forma real de reducir dicha tasa es incrementar la productividad, para lo que hará falta una mayor inversión privada, pero de alta calidad, que aproveche las oportunidades que actualmente ofrece la económica internacional, pero los cambios en la forma de organización del estado mexicano disuaden la intención.
El déficit comercial, podría alcanzar los 10 mil millones de dólares, derivado a que la economía sigue siendo altamente consumista, si bien es cierto exporta mucho, importa aun más, por lo que los presupuestos para el año próximo, en su estado de proposición, dejan al país expuesto a un choque externo, a pesar de que existe con que mitigarlos.
La inversión extranjera directa, en el mejor de los casos, alcanzará en 2025, los niveles de este año, lo que no resulta suficiente para sostener el nivel de desempeño económico que, a su vez, no aporta recursos para afrontar el gasto, y por tanto el empleo generado, permanecerá lejos del millón de plazas anuales que se requieren, por lo tanto, el consumo se seguirá financiando de los programas sociales, manteniendo el esquema de dadiva.
El tipo de cambio será poco previsible, estando en riesgo permanente el alcanzar los 23 pesos por dólar, favoreciendo las exportaciones, pero aunado al poco crecimiento económico, impactará el poder adquisitivo, de las clases trabajadoras y de las clases medias y con otros aspectos ya referidos, se enfrenta la posibilidad real de que sea degradada la calificación crediticia, por lo menos por dos de las grandes casas evaluadoras, lo que impactará en el costo de la deuda y el remate de valores gubernamentales.
El nivel de 230 mil millones de dólares de las reservas internacionales garantiza los saldos de la balanza de cuenta corriente y las cuentas del sector externo, lo que permite por lo menos sostener en el mediano plazo, una estabilidad de los mercados financieros, con lo que los inversionistas, no tienen incentivos, por lo momento para deshacerse de sus posiciones accionarias.
Los datos de cierre del gobierno anterior, no ajustan con los de apertura del actual gobierno, en el que la expectativa es que el PIB crezca al 3%, contra el 1% en que cerrara este año y el crecimiento por sí mismo, es lejano al 5% para mantener la pobreza y del tan anhelado 7% que nos metería en el camino al desarrollo real; una vez más como en años anteriores, se depende de la inversión extranjera directa nueva, para financiar este esquema y que dicha inversión sea lo suficientemente productiva, para generar el crecimiento que se necesita. Aquí los inversionistas mexicanos, tienen la oportunidad para trascender, si impulsan proyectos de alto valor y no solo de tiendas de conveniencia.