El Hijo del Camionero
Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro
Coordinador del Grupo de Estudio y Análisis
Político Económico de Nezahualcóyotl
@MRODOLFO_CID
Nuevamente es un gusto dirigirme a ustedes, en esta ocasión con un tema muy diferente a los que ordinariamente se han desarrollado y que tiene que ver con construir un esquema de posibilidades para el desarrollo económico y personal de aquellos que lamentablemente no forman parte del mercado laboral o bien sus ingresos no suficientes.
Es importante establecer que las posibilidades, tienen que ver con la construcción de emprendimientos pequeños y medianos que realmente sean funcionales y que provean de ingresos dignos a las familias que inviertan en estos de manera permanente, ya que en la actualidad y sobre todo los financiados por el gobierno, además de que no aportan a las cadenas de producción y a lo sumo sobreviven tres años, perdiéndose totalmente los recursos invertidos en estos.
Para fundar e invertir un negocio denominado o clasificado como MIPYMES, de acuerdo con la Secretaría de Economía depende de diversos factores tales como:
- El origen y la autoría de la idea de negocio.
- La forma de administración que el proyecto necesita.
- La disponibilidad de capital para echar adelante el proyecto.
- La diversidad de conocimientos que el emprendimiento requiere.
- El tamaño del emprendimiento y la cantidad de ingresos estimados.
Estos factores llevan a que una idea evolucione a modelo de negocios y que este derive en un plan de negocios concreto, que permita acceder a recursos para la inversión y a su vez, la magnitud de dicha inversión conduce a establecer lo siguiente:
- Los regímenes de personas físicas.
- La Sociedad por Acciones Simplificada.
Lo anterior implica seleccionar el régimen de personas físicas en el cual se inscribirá quien pretende desarrollar el proyecto, lo que se hace obteniendo el Registro Federal de Contribuyentes, por lo que se debe considerar:
- El tipo de actividad económica.
- El volumen de ingresos estimados.
- Si la actividad requiere o no título universitario.
Los emprendimientos pueden ser personales o colectivos en caso de contarse con socios; las personas morales son entidades con patrimonio, derechos y obligaciones propios e independientes de los socios que la conforman.
La instancia ante la que se realizan estos trámites es el Servicio de Administración Tributaria.
Las MIPYMES son alternativas reales de empleo para millones de mexicanos, que se han visto marginados del sistema económico en los últimos treinta años, situación que se ha visto magnificada por el actual ambiente de incertidumbre generado por el gobierno, por lo que debe presionarse para que existan políticas para el desarrollo de los más desfavorecidos, dejando un lado la política de programas asistenciales que perpetúan la miseria, que a su vez generen actividades que les permita acceder a una vida digna, tal y como lo promueve el humanismo político, en un marco de solidaridad y subsidiaridad; dichas políticas de corte económico, deberán explorar formas novedosas de autoempleo bien remunerado, el que se pueda estructurar en diversas actividades económicas.
Por eso desde esta columna se propone se explore de manera sería como actividad formal y estructurada, la cría de insectos y los cultivos hidropónicos, por el potencial que estos tienen como alternativa alimentaria tanto como para las personas, como para los ganados, por su valor nutritivo y bajos costos de producción, generando un alto número de empleos, además de mejorar el clima y el medio ambiente, y fortalecer a la economía tanto municipal, estatal y nacional.
Los recursos naturales de México no pueden sostener el actual ritmo de demanda de productos del sector primario, principalmente los intersectoriales, es decir los productos del sector agrícola, destinados a la cría ganadera. Para revertir las actuales tendencias, se necesita un modelo de producción de alimentos muy disruptivo, por lo que distintas agencias internacionales, han presentan argumentos convincentes a favor de la cría de insectos y de los cultivos hidropónicos como formas de complementar la producción agropecuaria convencional, pasando a sistemas agrícolas más sostenibles, que generen menos emisiones contaminantes.
El consumo de insectos no es algo nuevo en México, donde algunos estimados establecen que alrededor de casi el 15% de la población los recolectan del ámbito silvestre, con el fin de preparar distintos guisos con ellos; no obstante, se considerará como novedad la cría de insectos específicamente para consumo humano y animal de modo que se pueda tener durante todo el año un suministro de mayor calidad de insectos que permita satisfacer la creciente demanda de proteínas animales.
También resulta novedoso combinar los cultivos hidropónicos, que utilizan muy poca agua y no necesitan tierras cultivables, con la cría de insectos, lo que ofrece beneficios que abarcan desde una mejor nutrición, hasta sinergias en la producción resistente al clima; por lo que, en conjunto, estas nuevas formas fomentarían la soberanía alimentaria y de la nutrición.
Lo anterior, conllevaría a un efecto virtuoso consistente en reducir al mismo tiempo los desechos, quitando presión a los recursos terrestres e hídricos y se ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero; también generarían ahorros a los agricultores y reservas de divisas fuertes a los tres niveles de gobierno al reducir las importaciones de alimentos, forraje y fertilizantes.
Se pueden establecer operaciones de pequeña escala a bajo costo, generando oportunidades de empleos apropiados frente al cambio climático, además que resultan consonantes con las actividades que deberían de surgir de la Ley de economía circular. Los insectos pueden alimentarse con desechos orgánicos para producir con rapidez alimentos nutritivos para los seres humanos, los peces y el ganado, además que los desechos de los insectos después pueden reutilizarse en el sistema como fertilizantes orgánicos.
La cantidad de nuevos actores y mercados en el sector de los insectos ha trascendido fronteras, al grado que para 2030, el mercado mundial de insectos para consumo humano y ganadero podría alcanzar $8,000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual proyectada del 24%, es decir si el gobierno de México no reacciona tarde como históricamente los hace, existe un enorme espacio que puede ser ocupado por productores del sector social.
Se recomienda que, para extender la cría de insectos y los cultivos hidropónicos, estas tecnologías se deben establecer y poner a prueba, y luego ampliarlas para reducir los costos y mejorar su competitividad.
En África ya existen explotaciones agrícolas hidropónicas y más de 850 dedicadas a la cría de insectos que producen alimentos y forraje, las que generan anualmente proteína cruda por un valor de hasta $2,600 millones de dólares y biofertilizantes por un valor de hasta $19,400 millones de dólares. Solo para darnos una idea del impacto de la cría de insectos para consumo alimenticio, estas unidades productivas, sólo para forraje, se produce la cantidad suficiente para satisfacer hasta el 14 % de la proteína cruda necesaria para criar a todos los cerdos, cabras, peces y aves de corral de África; nada más hay que imaginar el potencial que esta actividad tiene en México, además de que puede constituirse como una opción real para que muchas familias obtengan ingresos.
A pesar de estos resultados muy satisfactorio, la cría de insectos para consumo humano y forrajero sigue siendo un campo virgen que ofrece una enorme gama de posibilidades, por ejemplo, métodos de crianza, recetas para cocinarlos y normas claras para su uso y venta, son aspectos que deben desarrollarse, así como desarrollar las coberturas sanitarias y aseguranzas, en cuanto la producción se realice de manera intensiva.
Existe evidencia que al utilizarse como forraje los insectos adecuados, en caso de la producción de leche, las vacas pueden ser sostenidas a costos más bajos, sin sacrificar nutrición, aumentar el rendimiento en la ordeña y obtener leche de valor nutrimental más alto.
Hay que reaccionar, pero ya, puesto que esta actividad ofrece una gran oportunidad para constituir micro, pequeñas y medianas empresas, eficientes, productivas y sobre todo, rentables.