LOS PRECRITERIOS DE POLITICA ECONOMICA PARA EL 2025 (II) “Continuación del diagnóstico del estado casuístico de una economía”

El Hijo del Camionero

Por: Dr. Mario Rodolfo Cid de León Carraro

Coordinador del Grupo de Estudio y Análisis 

Político Económico de Nezahualcóyotl

@MRODOLFO_CID

 

En este espacio, seguimos con el análisis de los precriterios de política económica, para el ejercicio fiscal del año 2025; para ello tenemos que establecer que los datos usados para el diseño son coyunturales, no deben confundirse con resultados por periodos más amplios o incluso sexenales, porque la evaluación resulta otra, tal es el caso de ejemplificarlo con la tasa promedio anual del crecimiento del PIB, que, para este sexenio, tendría como resultado el 0.7%

El tipo de cambio se situó en $17.70 por dólar en promedio en el año, una apreciación de 13.4% respecto al año anterior, que indudablemente se explica por una situación perversa, el enorme diferencial entre las tasas de interés entre México y Estados Unidos, diferencial favorable para México. El Banco de México incrementó en dos ocasiones su tasa de referencia durante 2023, quedando situada en 11.25%, tasa que resulta particularmente alta como para fomentar el consumo privado de largo plazo.

 

Se maneja que la deuda tiene una tendencia a la baja, porque ha disminuido como proporción del PIB, dichas comparaciones son engañosas, porque la deuda creció a una tasa menos a la del PIB, por lo que por proporciones parecería una disminución, pero en términos netos aumentó, lo que aunado al precio internacional del petróleo poco estable y a los menores ingresos presupuestarios, ponen al país en una situación muy delicada, al grado que se puede decir que la “economía esta prendida con alfileres.”

 

Los ingresos presupuestarios alcanzaron el 22.2% del PIB, nivel superior al promedio histórico de 20.10%, afirma la Secretaria de Hacienda, pero dichos ingresos presupuestarios, resultan totalmente insuficientes como para reducir el déficit de este ejercicio fiscal; en este contexto, los ingresos tributarios mostraron un crecimiento real anual de 12.40%, y afirma la SHCP, que como proporción del PIB alcanzaron el nivel más alto desde que se tiene registro al ubicarse en 14.20%, no obstante la masa neta no observa crecimiento.

 

La recaudación del ISR tuvo un crecimiento de 4.60% real anual, consistente con los mayores niveles de la masa salarial y las ganancias de las empresas en territorio nacional, dato que resulta sustantivo, ya que debería esperarse que la mayor recaudación proviniera de las utilidades generadas por nuevas inversiones.

 

En el caso de la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), éste fue 3.6 veces superior en términos reales respecto a lo observado en 2022, principalmente por una menor base de comparación por los estímulos y subsidios a combustibles; es decir los impuestos a la gasolina, son una fuente de ingresos importante, que lleva a que los precios de los energéticos sean tan altos y bajo esta perspectiva, nunca bajaran aunque se refine al 100% en México, lo que a su vez lleva a concluir, que este gobierno, tampoco tiene intenciones de reestructurar eficientemente a Pemex.

 

Los ingresos petroleros, seguirán proviniendo del exterior, los que se verán reducidos por la disminución de la plataforma de producción y el tipo de cambio revaluado; no obstante, la disminución de los precios del petróleo parcialmente se comenzó con una mayor producción de petróleo y condensados respecto al año anterior, la cual pasó de 1,848.8 miles de barriles diarios en 2022 a 1,965.10 en 2023, ubicándose ligeramente por arriba del programa.

 

La misma secretaria de Hacienda y Crédito Público, establece que los ingresos del Instituto Mexicano del Seguro Social, y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado representaron un crecimiento conjunto de 5.30% real respecto a 2022, y se ubicaron 10.40% por arriba del programa, no obstante, se omite señalar, si dichos ingresos, se utilizaron para financiar gasto operativo o en ultima instancia, no se indica cual fue el destino final de esos recursos.

 

Los ingresos de la Comisión Federal de Electricidad registraron un crecimiento de 7.20% real respecto a lo observado en 2022, ubicándose 20.60% por arriba de lo programado en un entorno de mayores ventas brutas de electricidad por actividad económica e inversión extranjera y al igual que en el caso de los institutos de salud, no se indica si dichos ingresos se utilizaron para hacer más eficiente el gasto operativo o bien para amortizar deuda.

 

En lo que respecta al gasto público destinado a proveer de bienes y servicios a la población, distinto del pago de intereses de la deuda, participaciones y adeudos de ejercicios fiscales anteriores registró una disminución de 1.40% real respecto a 2022, principalmente por un menor gasto de Petróleos Mexicanos y CFE, así mismo el gasto en inversión en infraestructura también quedó por debajo de lo observado en 2022.

 

Durante 2023, destacó el desempeño del gasto en desarrollo social, cuyas erogaciones en protección social, educación y vivienda registraron crecimientos de 8.6, 5.1 y 19.2% real anual, respectivamente; en todos los casos, no se ha tratado de dotación de servicios, sino de repartir dinero en programas específicos, lo que resulta preocupante, es el comportamiento del gasto destinado al pago de intereses de la deuda y participaciones, ya que tuvo un crecimiento del 11.80% real respecto a lo observado en 2022; propiamente el costo financiero se impactó con las altas tasas de interés, que a su vez, impactan en las operaciones para diversificar el portafolio de la deuda, como la contratación de instrumentos de largo plazo y a tasa fija en el mercado interno; lo anterior contribuyó a que el costo financiero se ubicara ligeramente por debajo de lo aprobado, pero esta operación, significa el intercambio de deuda externa por deuda interna.

 

La evolución de los ingresos y gastos se reflejó en un déficit presupuestario de 3.40% del PIB, en línea con lo aprobado por el Congreso de la Unión, sin que se ajustara a las leyes en la materia, para 2023; en este sentido, la autoridad hacendaria, pretende llamar la atención sobre el balance presupuestario sin inversión productiva, el que registró un superávit de 0.20%, por encima del equilibrio presupuestario establecido en la normatividad; dato poco significativo, porque además de ser marginal, se obtiene como producto de la inactividad.

 

Los Requerimientos Financieros del Sector Público fueron superiores a lo previsto, lo que se explica por el proceso inflacionario de los bonos indexados y otros requerimientos financieros extrapresupuestarios; por lo que finalmente, en 2023, la deuda neta del Gobierno Federal representó el 40.00% del PIB. El 84.20% del saldo de la deuda estuvo denominado en moneda nacional y el 76.50% se contrató a tasa fija y con vencimientos a largo plazo; en el mismo orden de ideas, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público mantiene niveles que se mueven “al filo de la navaja”, apoyado por una política de financiamiento que permitió extender el perfil de vencimientos y llevar a cabo estrategias de cobertura para hacer frente a las distorsiones provenientes de los mercados financieros internacionales.

 

Conjuntando la información y los análisis descriptivos hechos en esta columna y en la columna pasada, dan una visión contundente de lo que fue el desempeño económico de nuestro país durante el ejercicio fiscal del año 2023, los que pretender ser vistos como logros, cuando en una primera instancia podemos ver que son sólo coyunturales, porque en el año 2022 o anteriores, se registran resultados inferiores, así mismo, se tiene que revisar que rubros de gasto fueron reducidos, para equilibrar y lograr estos parámetros.

 

Seguiremos con el análisis la semana que entra.

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